miércoles, 11 de septiembre de 2013

Fear. Capítulo cuatro.




La oscuridad se adueña de todo el pasillo, intento correr pero nunca encuentro la luz. Estoy asustada. Todo esto me asusta. Poco a poco puedo encontrar una pequeña línea de luz, parpadeo un par de veces. Hay un chico. Entrecierro mis ojos para poder adivinar quién es, pero no tengo ni idea. Estoy a punto de verlo, de tocarlo, y justo cuando se gira todo desaparece para volver a verlo todo oscuro.


La alarma empieza a sonar haciéndome despertar de un sueño bastante extraño. Abro mis ojos mientras suelto un pequeño gemido, me giro hacia el despertador. Las siete menos cuarto de la mañana. Mierda, hoy tengo clase…murmuro mientras me acurruco en la almohada. La alarma empieza a sonar otra vez, me giro y la apago mientras refunfuño por lo bajo. Me levanto y cojo la ropa que dejé en la silla ayer por la noche. Un pantalón vaquero junto a un jersey negro y unas converses del mismo color que éste. Entro en el baño, después de vestirme me aplico un poco de base por toda la cara y finalmente repaso con lápiz negro mis ojos. Recojo todo mi pelo en una cola bastante alta y sonrío al espejo para luego girarme e irme del baño. Cojo la maleta y salgo de mi habitación para bajar las escaleras. Cundo llego a la cocina cojo un cartón de leche del frigorífico, un tazón de cristal de una de las pequeñas puertas de los lados, y después la caja de cereales que está encima de la encimera. Después de desayunar, miro la hora en mi móvil. Las siete y media. Salgo de mi casa para encontrarme a Christian esperándome con el coche. Christian tiene unos cuantos años más que yo, veinticuatro años exactamente. Cuando mi padre no está en casa siempre me lleva a los sitios que le pido, aunque nunca lo hago yo, siempre se lo dice mi padre. Controlador como siempre. Le dedico una sonrisa antes de entrar en la parte del copiloto. Christian no tarda en sentarse a mi lado para poner el coche en marcha hacia la universidad. Estiro mi brazo y pongo música, empieza a sonar Blurred Lines.

La tarareo por lo bajo ganándome alguna mirada que otra de Christian, que me pueden llegar a intimidar. Llegamos a la universidad y bajo del coche rápidamente después de despedirme de Christian. Busco con mi mirada a mi amiga hasta encontrármela sentada en uno de los escalones que conducen a la puerta de la universidad. Me mira y sonríe, se levanta y entramos dentro mientras hablamos un poco de todo lo que ha pasado este fin de semana.

-          ¿Entonces te llamó ayer para volver a veros? –pregunto sorprendida.

-          Sí, no sé qué hacer.

-          No sé, Enma. Parece raro –hago una mueca.

-          Me gusta, Jane.

-          No digas tonterías –suelto una pequeña carcajada. Mi amiga me mira mal- no me mires así. Si quieres quedar con él, hazlo. Tú sabrás –le sonrío.

-          ¿Sabes que eres bastante mala dando consejos, verdad? –pregunta divertida, haciéndome reír mientras asiento.

La campana empieza a sonar y los pasillos se llenan de personas. Me separo de mi amiga y voy hacia mi clase. Matemáticas a primera hora debería ser realmente ilegal. Llego a la clase y me siento en una de las mesas del principio. Cuando el profesor entra está cada asiento completo. Miro concentrada a lo que el profesor explica más para sí mismo que para toda la clase. Las horas empiezan a pasar hasta que suena la alarma para hacernos saber que la tercera clase de la mañana está acabada. Todo el mundo sale corriendo y yo espero a que todo el mundo salga para luego salir. Voy andando mientras miro mis pies hasta que choco con alguien haciendo que mis libros caigan al suelo. Suspiro por lo bajo y recojo los libros. Elevo mi vista para ver a la persona que se ha chocado conmigo andar rápido por el final del pasillo. Podría haberse parado a ayudarme susurro para mí misma y luego me levanto para salir de la universidad. Hoy tan solo tenía tres clases, tres interminables clases. Cuando bajo los escalones mi móvil comienza a vibrar. Lo miro. Un nuevo mensaje de Enma.

Quedé con Darren para ir a comer después de la universidad. Creo que me gusta mucho…y que yo le gusto a él. Estoy nerviosa. Nos vemos luego, y te cuento. Cara sonriente

Me río por lo bajo ante el nerviosismo de mi amiga. Realmente ese chico me transmite algo extraño, pero no soy nadie para decirle a Enma lo que debe hacer o no. Además me gusta verla así. Contenta.

Está bien, ten cuidado. Luego nos vemos y hablamos, zorra. Cara sonriente

Le doy a enviar y luego guardo mi móvil para buscar con mi vista a Christian pero no hay ni rastro de él. Suspiro. Vuelvo a coger mi móvil y tecleo el número de Chris. No me lo coge. Suspiro y me siento en uno de los escalones, quizás se le hizo tarde. Empieza a pasar los minutos, e incluso podría decir que pasa un cuarto de hora y no hay rastro de Chris. Mi casa queda muy lejos de la universidad. Busco en mis bolsillos algo de dinero, pero no traigo nada. Muerdo mi labio nerviosa, y vuelvo a llamar a Christian. No contesta.

-          Hey –escucho una voz. Busco con mi mirada a quien me llama hasta encontrar a lo lejos un chico con los pelos hacia arriba totalmente despeinado. Justin.

-          Hey –contesto mientras vuelvo la mirada a mi móvil.

-          ¿Tu novio te dejó tirada? –pregunta divertido. Miro hacia él.

-          No eres divertido.

-          Que lástima, tú si eres realmente graciosa.

Muerdo mi labio para no contestar y vuelvo a llamar a Christian. Espero hasta que escucho su voz. Menos malsusurro.

|| Justin ||

Miro sus largas piernas hasta perderme en su silueta mientras muerdo mi labio. Es realmente sexy. Si quiera sé su nombre y ya tengo ganas de ella. Sonrío divertido mientras veo como grita a quien quiera que esté al otro lado del móvil. Enfadada es mucho más sexy que antes. Me quedo mirando cada rasgo de su cara mientras bajo pasando por sus pechos. Justo cuando los miro ella me mira atrapando mi mirada y vuelca sus ojos haciéndome reír. Se levanta para darme la espalda. Christian vete a la mierda susurra y apaga el teléfono para luego metérselo en su bolsillo que está encima de su trasero, hablando de su trasero, ¿he dicho que tiene un trasero bastante deseable? Ella se gira hacia los escalones coge su mochila y después de colgársela en la espalda empieza a andar rápido hacia delante. Está enfadada, se le nota. Y no sé porqué, pero me encanta.

-          ¡Oye! –exclamo haciendo que se pare. Se gira y me mira regalándome una mueca.

-          ¿Qué?

-          ¿Quieres que te lleve a algún lado?

-          No –dice para girarse de nuevo y seguir andando.

Río por lo bajo, y voy hacia mi moto que está aparcada justo detrás de uno de los tantos árboles que rodea la universidad. Me monto y luego de arrancarla voy hacia ella para ir a su lado mientras camina. Le miro divertido mientras ella lucha por no mirarme. Hasta que no puede más y se para. Paro la moto. Justo en la carretera. Los coches empiezan a pasar por al lado.

-          Deja de ser un idiota. Y déjame en paz. No estoy de humor.

-          Que estúpida…-digo haciéndome el dolido- encima que te invito a llevarte donde quieras.

-          No necesito que me lleves a ninguna parte.

-          Yo creo que sí.

-          Vete a la mierda,  Justin.

-          Me encanta como suena de tu boca, cariño. – juego con ella mientras sonrío divertido.

-          Deja de llamarme así –contesta y poco después se asusta al escuchar un claxon quejarse por mi aparcamiento. Río divertido, y ella me mira mientras eleva una ceja- ¿no te vas a mover del medio de la carretera?

-          No, hasta que tú te subas en mi moto.

-          ¿Para qué quieres que me suba ahí? –señala mi moto con desdén.

-          Hey, hey…-susurro molesto- no la trates así. Mi moto es un tesoro –ella se ríe divertida para luego suspirar- ¿te subes? –me mira mientras piensa mi pregunta. Mira hacia los lados y luego anda hacia mí. Está a punto de subirse cuando la paro.

-          ¿Qué pasa ahora?

-          Pídele perdón.

-          ¿A quién? –pregunta mientras frunce el ceño.

-          A la moto –digo serio pero no puedo impedir dejar un toque divertido en mis palabras.

-          ¿Hablas en serio?

-          Mucho, nena. Si no le pides perdón, no podrás subir.

-          Perdón –dice divertida pero un poco enfada mientras mira a la moto. Me río fuertemente y le dejo que se suba en la moto. Abraza mi cintura cuando está sentada justo atrás de mi.

-          Eres un cabrónmurmura cerca de mi cuello.

-          Bien hecho, cariño.

Arranco la moto cuando noto otro claxon pitar en nuestra contra, y a toda velocidad viajo por la carretera. Me paro en un descampado que veo a lo lejos.

-          ¿Para qué te paras?

-          Verás…-susurro divertido- no me has dicho donde quieres que te lleve –noto como la chica se pone roja mientras suelta una pequeña carcajada. Me dice la calle donde quiere que la deje.

-          Venga arranca, Justin.

-          ¿Cómo te llamas?

-          ¿Qué?

-          Dije, ¿cómo te llamas?

-          Jane, me llamo Jane.

-          Pues Jane, agárrate fuerte. Te voy a enseñar un poco lo que es la adrenalina porque creo que te hace falta.

Arranco la moto y luego de derrapar un par de veces sintiendo los pequeños gritos de Jane a mi espalda, recorro las calles de Canadá, cogiendo los caminos más largos a toda velocidad mientras siento el pecho de Jane apretarse a mi espalda demasiado fuerte. Río divertido, mientras aumento la velocidad. Suelto mi brazo derecho, conduciendo la moto con tan solo la mano izquierda. Veo por el espejo retrovisor como Jane abre los ojos sorprendida.

-          ¿Pero qué estás haciendo? –pregunta a mi oído gritando.

-          Adrenalina, cariño.

Me mira y no puedo descifrar lo que quiere decirme con esa mirada. Y noto como un brazo suyo me va soltando la cintura poco a poco. Le miro mientras frunzo el ceño, y noto como eleva el brazo hacia arriba. Sonrío mientras capto también su sonrisa por el pequeño espejo. Su otro brazo me suelta levemente y no tarda en elevarlo también. Miro sus rasgos y puedo notar que tiene miedo. Sonrío divertido, y subo la velocidad de la moto haciendo que Jane rápidamente me sujete. Río fuertemente, y noto como golpea mi espalda. Imbécil grita en mi oído y yo giro un poco mi cara para dar con la suya, mientras dejo de prestar atención a la carretera un momento para guiñarle un ojo. Vuelvo mi vista a la carretera. Y pocos minutos llego a donde ella antes me había indicado. Se baja de mi moto, y yo le miro mientras veo como respira un poco agitada.

-          No vuelvo a montarme contigo en una moto.

-          ¿Me has preguntado si yo te volvería a invitar a montarte?


Me mira mientras frunce el ceño, está a punto de decir algo pero la puerta de su casa se abre para aparecer entre ella un hombre mayor. Noto como Jane se pone nerviosa. Me mira será mejor que te vayassusurra mientras se gira para andar hacia el hombre que le mira serio. Creo que se acaba de meter en problemas. Arranco mi moto mientras pienso en lo que acaba de pasar…creo que me voy a divertir mucho con esta chica. Pero por ahora no puedo. Tengo algo que hacer. No olvido por lo que he venido hasta aquí. Me queda muchas personas que visitar, y sobre todo a un hijo de puta que encontrar.





¡Hola pequeñas! 
Bueno aquí tenéis un capítulo nuevo de fear, espero que os guste y que me deis vuestra opinión. Podéis mencionarme aquí: @espebieber o @espeblumer. Donde queráis. 
Decidme que tal os parece el capítulo, realmente me costó mucho trabajo escribir este capítulo. Y necesito que me digáis que os parece. Por favor. 

¡BIENVENIDAS A LAS NUEVAS LECTORAS Y HASTA PRONTO!

1 comentario:

  1. OOiii me parece estupendo este capítulo. Enserio esa parte de
    - No vuelvo a montarme contigo en una moto.

    - ¿Me has preguntado si yo te volvería a invitar a montarte?
    JAJAJAJAJAJAJA ME MEEO
    Tí a mi me encanta :))) sube el siguietne y avisame ;)

    ResponderEliminar