lunes, 27 de mayo de 2013

La mecánica del amor {56-57}

Siento una respiración en mi oído y poco después un suave susurro canturrea en mi oído izquierdo ‘despierta, princesa’. No tardo en hacerle caso y abro mis ojos para luego cerrarlos un par de veces hasta acostumbrarme a la luz. Lo primero que veo cuando los abro es una sonrisa: la sonrisa más bonita del mundo sin duda. Cuanto echaba de menos ver esa sonrisa al despertar. Elevo un poco mi cabeza mientras suelto un gruñido que no tarda en convertirse en un acto gracioso para Justin, ya que carcajea fuertemente. Sonrío al escucharle y me quedo mirando sus ojos color avellana. Me mira mientras va dejando de reír. Se acerca y deja un pequeño beso en mis labios. 

-Ya vamos a llegar, _____.

-Mmm.

-¿Has dormido bien?

-Mmmm.

-Parece que no estás muy conversadora al acabarte de levantar –ríe y me uno a su risa al momento mientras me acurruco mejor en su pecho. Suelto un suspiro lleno de felicidad.

Besa mi cabeza y acaricia mi espalda de arriba hacia abajo. El tren para poco a poco haciéndonos saber que ya hemos llegado. Cogemos nuestras pequeñas mochilas y salimos del tren entre el gran grupo de personas. Justin eleva su mano y coge la mía para luego entrelazarlas. Sonrío al recordar el día que vinimos aquí. Sin duda este es nuestro pequeño paraíso. Aprieto un poco más su mano y me doy cuenta que sabe perfectamente en qué estoy pensando ya que me dedica una sonrisa y un beso en la mejilla. Pasamos por el pequeño puente que nos lleva hasta la casa. Justin saca las llaves y abre la puerta para que segundos más tarde entremos. 
Dejamos caer las mochilas al suelo, y nos quedamos en silencio. Sin saber qué hacer o qué decir. Nos miramos de reojo y sonreímos. Me sonrojo, y sin darme cuenta estoy entre sus brazos. Le quiero tanto, maldita sea. Baja su mano para recorrer mi brazo derecho desde mi hombro hasta mis dedos hasta entrelazar nuestros dedos. Sube nuestras manos y las besa para luego dirigirme una mirada que juro que hace que mi mundo se pare en ella. Me acerco a sus labios y los pego con los míos, empiezan a moverse uno encima del otro sin ningún tipo de barreras. Baja sus labios hasta mi cuello haciendo que un gemido salga de mis labios. 
Aprieta mi cadera hacia él mientras mordisquea ahora mi clavícula. Suspiro y enredo mis brazos alrededor de su cuello atrayéndolo más a mi. Suelta un pequeño suspiro y damos pasos ciegos hasta que siento algo detrás de mí. Río en sus labios mientras nos dejamos caer en el sofá torpemente. Nos separamos y mientras me mira levanta mi camiseta poco a poco hasta dejarla a la altura de mis pechos. Me da un beso en los labios y empieza a hacer una fila hacia abajo hasta acabar en mi vientre el cual no tarda en besar y mordisquear haciendo que sienta una ola de placer. Me estremezco cuando siento su mano sobre mi sujetador, repasa la fila de besos que hizo antes con su dedo índice hasta que repasa mis labios con el mismo dedo y poco después muerde mi labio. Elevo mis brazos y Justin saca la camiseta por ellos. Bajo mis brazos y cojo su camiseta para quitársela. Ahora lo siento piel con piel, y esto se siente terriblemente bien.

-    - ¿Sabes una cosa, pequeña? –arqueo mi espalda al sentir el susurro de su voz ronca en mi oído.

-    - ¿Qué?

-    - Me muero por hacerte el amor.

Y dicho esto besa mis labios de una forma jodidamente sexy, haciéndome rozar la locura con las yemas de mis dedos. Me impulso haciendo que giremos. Beso su mandíbula mientras que con mi mano desabrocho el botón de su pantalón. Y entre besos y caricias todo tipo de ropa desaparece de entre nosotros.

-   - Justin…-susurro al sentir su mano en mi bajo vientre.

-   - Shh –dice mientras me besa y a la vez deja su dedo entrar en mi interior.

Suelto un gemido mientras que me aferro mejor a Justin para poder besarle. Siento como mi interior desea explotar y cuando estoy a punto; Justin para. Gruño por lo bajo mientras abro mis ojos con ganas de él, con ganas de mi chico.

-   - Te quiero toda para mí –gruñe cerca de mi boca y sin nada más que decir entra dentro de mí.

Grito de la sorpresa y a la vez del placer, y él no duda en acompañarme mientras susurra mi nombre y nos movemos al mismo compás. Y mientras nos demostramos el amor que sentimos el uno por el otro, nos dejamos ir juntos con un sincero ‘te quiero’ pronunciado por los dos.


Me despierto al sentir su corazón latir suavemente contra mi espalda, me muevo despacio hasta girarme para encontrarme con sus labios en forma de corazón, subo la vista y me fijo en el lunar que tiene bajo el ojo izquierdo. Subo mi mano temblorosa y con las yemas de mis dedos lo acaricio. Bajo las yemas de mis dedos y con cuidado rozo sus labios. Sus deliciosos y a la vez perfectos labios. Los entreabre y suelta un suspiro, pero con suerte no se despierta. Sonrío y ahora bajo mis caricias hacia su pecho desnudo, repaso el tatuaje que tiene justo encima del pecho. Y una sonrisa tímida aparece en sus labios, amo esa sonrisa. Sigo acariciándole y él aprieta su agarre en mi cintura haciendo que choque contra su pecho. Su piel es muy suave, estiro de algunos vellos que tiene sobre su pecho y él suelta algún que otro gemido entrecortado. Sonrío y me acerco a su cara para acariciar con mi nariz sus parpados, luego un poco más hacia abajo hasta rozar su nariz con la mía. Noto como sonríe, lo hace pocas veces pero prometo que cuando lo hace mi mundo se para. Es la sonrisa más hermosa del mundo, pero es normal, ya que él es el hombre más hermoso del mundo tanto por fuera como por dentro. Subo mi otra mano y la pongo en su mejilla para dejarla descansar allí. Y siento como abre sus ojos color miel para enfrentarse con un marrón oscuro que es el color que adquieren mis ojos. Abre un poco sus labios pero yo lo silencio poniendo mi dedo índice encima, lo muerde y suelto una pequeña carcajada. Él me abraza mejor y con un movimiento bastante rápido me pone encima de él. Entrelazo nuestras piernas, y él se coloca mejor debajo de mí. Con la mano que le queda libre acaricia mi trasero desnudo subiendo hasta mi espalda. Piel con piel, esto se siente realmente bien. 

- Hola, pequeña.

- Hola.

Su respiración ahora un poco más agitada se mezcla con la mía. Me inclino un poco hacia delante para ahora poder rozar sus labios con los míos, suelta un leve suspiro. Uno de tantos que me producen un vuelco en el corazón y unas cosquillas en mi bajo vientre. Sonrío, y él me responde inmediatamente. Se inclina esta vez él, y pega nuestros labios sin ningún hueco que nos separe. Subo mis brazos hasta ponerlos por encima de su cabeza mientras toco su pelo, y él me abraza la cintura. Lo que más amo en la vida es despertarme junto a él, sin duda. Me separo un poco para coger algo de aire.

- Te he echado tanto de menos.

Puedo ver la preocupación en sus ojos. Me abraza aún más fuerte, como si me pidiera que no me marchara. Acerco mis labios a los suyos y deposito allí un pequeño y casto beso. 

-¿Sabes que te quiero? –me pregunta mientras que con sus ojos me transmite… ¿amor? ¿miedo?

- Lo sé, Justin. Yo también te quiero.

Le sonrío con las mejores de mis sonrisas intentando que no vea mi miedo, mi preocupación por todos esos secretos que desconozco. El teléfono empieza a sonar. Es el mío. Lo dejo sonar hasta que la llamada termina.

-   - ¿Por qué no lo coges?

-   - Luego llamo a quién sea –sonrío mientras dejo un casto beso en sus labios. Asiente y me devuelve el beso.

-   - ¿Te bañas conmigo? –pregunta mientras deja un rastro de una sonrisa en sus labios.

Asiento mientras sonrío, y sin darme cuenta ya estoy encima de sus brazos mientras río. Esta es por una de las cosas por las cuales nunca me podré separar de él, por su manera de hacerme sonreír.

|| NARRADOR ||


_____ y Justin disfrutan teniéndose uno al otro, demostrándose el amor que se tienen, demostrando que ningún tipo de secreto podrá separarles…por ahora. Ya que esa llamada que ___ no ha cogido era una de las más importantes de su vida. 

La mecánica del amor {55}

El taxista me mira por el espejo delantero. No para de mirarme de reojo y me está poniendo realmente nerviosa, más de lo que estoy ahora mismo. Estoy a punto de preguntarle si quiere decirme algo pero prefiero mantenerme callada y pensar en todo lo que pasará dentro de unos minutos. El taxista para de repente, me asusto pero luego me tranquilizo cuando dice “ya hemos llegado, señorita” pago lo que le debo y salgo del taxi con una maleta en mi espalda. Entro en la estación y justo al entrar no tardo en mirar el gran reloj que ocupa un cuarto de la pared. 21:15h. Llego tarde un cuarto de hora. Suspiro, ‘¿y si se ha ido?’ me pregunto para mí misma, pero ese pensamiento desaparece inmediatamente. Justin no se iría. Miro a mi alrededor con esperanzas de verle, pero no está. Solamente hay una persona mayor junto a un niño pequeño sentados en los asientos de espera y un chico joven, de veinte o veinticinco años aproximadamente, dando vueltas de un lado a otro como un loco mientras habla por teléfono. Miro la hora otra vez. 21:27h. Muerdo mi labio nerviosa mientras juego con mis dedos mientras me apoyo en una columna. Saco mi móvil del bolsillo y miro su última hora de conexión: 19:45h. Mierda. Guardo el móvil y sigo buscándole con la mirada nuevamente. Nada. Decido ir ha una cafetería que hay a la entrada, espero a que me toque hasta que un hombre mayor me atiende con una gran sonrisa. “Un café con leche” digo mientras saco la cartera de el bolsillo pequeño de la mochila. El hombre me da el café y pago para luego irme sin esperar el dinero de vuelta. Me siento en uno de los asientos libres, que son la mayoría, y bebo el café mientras espero ansiosa. Cuando termino tiro el vaso y miro la hora nuevamente. 21:51h. Los ojos empiezan a picarme y el corazón a latirme a toda velocidad. Cierro mis puños mientras me susurro a mi misma que no pierda los nervios. Agarro mejor la mochila y salgo de la estación, miro por la carretera hasta que encuentro un taxi parado. Suspiro y voy hacia el. No puedo creerme que no haya venido. Realmente no me lo creo. Le digo al señor que si puede llevarme y él asiente con una sonrisa. Abro la puerta trasera y cuando estoy a punto de entrar se escucha a lo lejos mi nombre. Frunzo el ceño y miro hacia atrás pero no hay nadie, ‘habrá sido mi imaginación’ pienso para mí misma. Meto una pierna dentro del taxi, y ahora escucho mi nombre nuevamente. Me paro en seco, ‘¿está bien, señorita?¿quiere que le ayuda?’ me pregunta seguidamente el hombre mientras me mira. Niego. Entro en el taxi y cierro la puerta.
 
-¿Dónde quiere ir?

-Al centro, por favor.

-Está bien.

Teclea varias cosas en una pequeña máquina e inmediatamente pone el taxi en marcha. Las primeras lágrimas ya salen por mis ojos. De pronto mi móvil empieza a vibrar, lo saco del bolsillo. Es Justin. Dudo en si cogerlo o no, pero por puro instinto cojo la llamada.

-Si vas a inventar cualquier excu..-me interrumpe con la respiración jadeante.

-Para ese jodido taxi,___-cuelga al terminar.

Espera, él sabe que estoy en un taxi. Mierda. Está aquí.

-Por favor, pare aquí. Por favor.

Digo nerviosa, él hombre al notar mi nerviosismo aparca al momento. Le doy dinero sin si quiera mirar la cantidad y salgo corriendo del taxi. Corro calle tras calle mientras choco con algunas personas que me insultan por lo bajo, sigo corriendo hasta llegar a la estación. Miro persona tras persona. El corazón está a punto de salirse. Mi respiración se entrecorta entre algunos sollozos que salen sin avisar. Y de pronto mi mundo se para al escuchar una voz justo detrás de mí.

-Hola, pequeña. 

Me giro y sin pensármelo dos veces corro hacia él, me coge en lo alto y enredo mis piernas alrededor de su cintura. Le abrazo fuerte mientras mojo su cuello con mis lágrimas y él acaricia mi espalda. Me separo un poco y le miro a los ojos, retira mis lágrimas con las yemas de sus dedos. Suelto un sollozo un poco más fuerte y él se acerca a mí. Repasa mis labios con los suyos, y segundos después los deja caer sobre los míos. Movemos los labios a un mismo compás y a una gran velocidad. Sus labios hacen pura magia con los míos. Mi cara se moja, y me doy cuenta que no son solamente por mis lágrimas sino que también son por las de él. Me separo un poco y ahora soy yo la que quita las lágrimas de su cara con las yemas de mis dedos. Me deja en el suelo y rodea mi cuerpo con sus brazos. ‘Te he echado tanto de menos’ susurra en mi oído haciéndome estremecer. ‘Y yo a ti’ susurro esta vez yo abrazándole más fuerte, sintiendo su calor. Nos separamos y cojo su cara con mis dos manos mientras estudio cada uno de los lados de su cara. Justin sonríe y besa mi nariz para luego bajar y besar mis labios. Sonrío.

-Te quiero.

-Yo también te quiero, ya lo sabes.

Nos quedamos en silencio mientras nos miramos, puedo sentir la mirada de la gente que está a nuestro alrededor. Pero realmente me da igual. Ahora mismo solo quiero estar con él, me da igual la gente, los secretos, las preguntas, las respuestas, solo quiero estar con él. Poder disfrutar sin preocuparme nada más. 

-Antes de todo quiero aclararte lo que hablamos ayer.

-No.

-¿Cómo que no? Yo te puedo explicar todo.

-No quiero que me lo expliques ahora –me mira confuso- quiero estar contigo, estoy cansada de dramas, de distancia, de no poder estar contigo. Quiero que solo seamos tú y yo, ¿es tan difícil eso?

Se queda mirándome sin dar a penas una respuesta y eso hace que me coma por dentro por culpa de los nervios. De pronto coge mi mano y estira de mi mientras corremos hasta adentrarnos dentro de la estación. Justin busca algo con su mirada hasta que parece encontrarlo. Bajamos un par de escaleras mientras intentamos no tropezar con los escalones por culpa de nuestra velocidad y a la vez torpeza. Llegamos a dos plantas más abajo donde hay al menos tres trenes y muchas personas se suben en cada uno de ellos. Paramos y puedo sentir el nerviosismo de Justin, y de pronto una mirada esperanzadora estalla de sus ojos. Volvemos a correr hacia uno de los trenes, y subimos. Frunzo el ceño sin entender que hacemos aquí. Voy a hablar pero antes de decir algo, Justin me silencia con un casto beso en los labios. Abre su mochila, de la cual no me había dado cuenta de su existencia hasta ahora mismo, y saca dos papeles. Intento mirar un poco más, pero no me da tiempo ya que se lo da al conductor. El hombre nos sonríe y Justin coge mi mano para llevarme a dentro.

-Prefieres al lado de la ventana, ¿verdad?

Asiento, me siento y luego se sienta Justin a mi lado. Le miro esperando algún tipo de explicación.

-Tú me has dicho que quieres que seamos solo nosotros, pues así va a ser durante unos días.

-¿Pero…?

-¿Qué?

-¿Dónde vamos?

-Que curiosa eres…-dice con una sonrisa en sus labios. Saco morritos y cruzo mis labios. Justin carcajea y pone su brazo alrededor de mis hombros pegándome a él- vamos a la casita, ¿te acuerdas la de…

-la bola que me regalaste hace tiempo? –termino por él. Asiente y yo sonrío. Me acurruco mejor a su lado y cierro los ojos. Me da un pequeño beso en la frente y yo no dudo en devolverle el gesto así que beso su pecho para luego apoyarme en el. Siento como el cansancio, el nerviosismo, la felicidad y la tristeza caen sobre mí y me quedo dormida pero sin antes no escuchar un susurro que proviene de Justin haciéndome estremece: ‘tengo tanto miedo de perderte’.