El móvil de
Jane comienza a sonar haciendo que la chica se desvele y gruña por lo bajo. A
ciegas estira su brazo hasta tocar el móvil, lo desbloquea. Mira la hora: las diez. Frunce el ceño, y ve que tiene
un sms. Y al ver de quién es, todo lo que pasó ayer le viene a su cabeza. Abre
el mensaje.
‘Lo
siento, nena. De verdad, perdóname. ‘
Antes de acabar
de leer el mensaje, llega otro.
‘No puedo
dejar que te hagan daño, Jane. Sabes muy bien como es mi vida. No puedo
soportar que alguien te toque, por mi culpa. ‘
Jane lee un par
de veces el mensaje, y unos segundos más tarde para la sorpresa de Jane, llega
otro.
‘Te
quiero, mi amor. ’
Una sonrisa se
cuela en los labios de la chica. Deja el móvil encima de la cama y se vuelve a
tumbar. Tan solo un par de minutos, y de pronto se levanta de la cama lo más
rápido que puede. Camina hacia el baño, y después de quitarse toda la ropa
quedando desnuda, se mete en la ducha. Diez minutos más tarde sale de ella,
para comenzar a vestirse. Unos jeans, una blusa Bey y unos zapatos cómodos.
Comienza a peinarse y a maquillarse un poco. Las diez y media. Maldita sea.
Cierra la gran
maleta que está apoyada en la pared de la habitación, y después de coger el
móvil y algo del dinero que tiene ahorrado, baja las escaleras con la maleta a
peso. Cosa que hace que casi se caiga por las escaleras. Abre la puerta de la
casa y sale de ella. Cierra y comienza a caminar hacia la casa de Justin
rápidamente. Once minutos más tardes está parada en frente. Mira el reloj, las
once. Mierda, no llega ni de coña. Llama a la puerta, y un Darren totalmente
despeinado le abre la puerta.
-
¿Pero
qué hac…
-
Necesito
que me lleves al aeropuerto, ahora mismo.
-
¿Qu…
-
¡Venga!
–exclama la chica nerviosa. Darren asiente.
Darren se gira
para coger las llaves de su coche.
-
Justin
se va a volver loco cuando te vea –comenta Darren ya dentro del coche junto a
Jane. Arranca y sale disparado hacia el aeropuerto.
-
Espero
llegar a tiempo –musita- ¿cómo fue él al aeropuerto? Digo, si tú tienes el
coche…
-
En
moto, yo tenía que ir luego a buscarla. Pero parece ser que voy a tener que dar
doble viaje –comenta divertido.
-
Gracias,
Darren.
-
No
me las des –responde éste con desdén.
Jane asiente
con una pequeña sonrisa.
-
Él
no se irá sin ti, tranquila.
-
¿Cómo
sabes eso?
-
Bueno,
anoche me tuvo despierto hasta las seis de la mañana –musita soltando una
carcajada haciendo reír a Jane- él solo quiere protegerte, Jane.
-
Pero
esa no es una buena forma de protegerme –comenta la chica.
-
Es
su forma –dice Darren- así lo conociste.
-
Y
así le quiero –finaliza la chica.
Trece minutos
más tarde, Jane está corriendo por el aeropuerto. Son las doce menos cinco y el
avión sale a las doce. Comienza a mirar a todo su alrededor pero no tiene idea
de dónde puede estar Justin. Coge su móvil, y marca el número de su chico. Un
pitido, dos, tres…nada, no lo coge. Vuelve a intentarlo, uno, dos,
tres…nervios. Cuatro, cinco, seis…desesperación. Siete, ocho…
-
¿Jane?
-
Oh
dios mío, ¿dónde mierda estás?
-
¿Qué?
-
¿Qué
dónde estás? Maldita sea, Justin. Ni se te ocurra marcharte sin mí.
-
Pero
tú…
-
Yo
nada, me estoy volviendo loca, ¿dónde estás?
No se escucha
ninguna respuesta.
-
Justin,
me pued…
Y de pronto
siente unas manos rodear su cintura por detrás y un par de besos tocar la piel
de su cuello. Su cuerpo se relaja inmediatamente y cuelga la llamada. Se vuelve
para hacer frente a su chico. Se miran, se devoran con la mirada, se hablan, se
desean.
Los labios de
Justin atrapan los de Jane haciendo que ésta se sorprenda por la rapidez, pero
ese sentimiento de sorpresa se esfuma para dar paso a ese sentimiento tan
especial que siente cuando está cerca de él. Primero un toque dulce, un ritmo
despacio, pero poco después todo se vuelve más intenso. Y se olvidan que están
en el aeropuerto, que la hora de que el avión saliera ha pasado, y que todo el
mundo les miran con una sonrisa enorme. Pero qué más da eso, cuando se tienen
el uno al otro.
-
Perdóname,
mi vida.
-
Te
quiero, Justin.
-
Y
yo también te quiero, pequeña. Pero aunque me encanta esto, creo que el avión
se va a marchar sin nosotros.
Ambos se miran
y ríen. Corren hacia dónde tienen que dar sus billetes. Lo dan y luego dejan
sus maletas. Y corren nuevamente hacia la inspección. Dejan sus objetos en una
caja y pasan lo más rápido que pueden. Vuelven a coger sus cosas y sin si quiera
ponérselas, van hacia la puerta que la mujer le indicó hace unos minutos atrás.
En un altavoz dan la última llamada de su vuelo. Ambos les entregan los
billetes a un hombre que les miran con una sonrisa divertida. Cogidos de la
mano, van hacia el avión por una especia de túnel. Suben la escalera y cuando
están dentro del avión. Sueltan un rápido suspiro de alivio. Buscan sus
asientos y después de una pequeña pelea por quién estará en la ventana - la
cual acaba ganando Jane - se sientan. Apagan sus teléfonos y se abrochan el cinturón.
La azafata comienza a explicar algunos pasos en todo tipo de idioma, pero para
entonces Jane y Justin ya están demostrándose cuanto se quieren a través de
besos, caricias y susurros. Y es que cuando se quiere, ni el muro más grande del
mundo te puede detener. O eso es lo que se piensa cuando se está enamorado.
¡Como se suele decir más vale tarde que nunca!
Estoy escribiendo esto a las 0:00h de la noche, así que el día de los enamorados ha terminado, pero bueno, como yo estoy enamorada de cada una de vuestras sonrisas...Os regalo éste capítulo -un poco atrasada- por el día de los enamorados, espero que os saque alguna que otra sonrisa. De esas que salen justo en el momento que menos te lo esperas, pero dicen que esas son las mejores, así que si os he sacado alguna, gracias por dedicársela a lo que escribo. Es preciosa esa sonrisa tuya, como tú.
Muchas gracias por todo, por vuestros mensajes. De verdad, no sabéis lo que significa para mi. Muchísimo. Espero que cada vez os guste más la novela, la cual poco a poco llega a su final -de la primera parte-.
Solo quiero deciros algo: ahora llega los momentos más claves de la novela. Disfrutad de lo bueno porque queda muy poco para lo malo.
¡HASTA PRONTO!