domingo, 23 de junio de 2013

La mecánica del amor {58}

El agua cae sobre nosotros mientras nos besamos como si quisiéramos comernos uno al otro, como si no tuviéramos suficiente de los dos. Las caricias aumentan junto a la velocidad. Las manos de Justin bajan por mis muslos hasta impulsarme para arriba haciendo que enrolle mis piernas en su cintura mientras soltamos algún que otro gemido. Me aprieta a su cuerpo mientras que las gotas de agua viajan por los pequeños y simples huecos que nos separan. Gimo cuando siento sus dientes clavarse en la piel de mi cuello, la temperatura empieza a subir y me siento a mil metros por encima del jodido cielo. Aprieto más mis piernas  alrededor de su cintura sintiendo su erección contra mi bajo vientre.

     -  Nena, no sabes todo lo que te deseo –susurra con la voz ronca en mi oído.

Echo mi cabeza hacia atrás dejándole más espacio para que pueda hacer lo que quiera que tenga pensado hacer con su deliciosa boca. Con su dedo índice traza leves líneas desde mi barbilla hasta el valle de mis pechos haciéndome estremecer. Bajo mis manos hacia su pecho y lo acaricio sintiendo su piel caliente sobre mí. Atrapo sus labios con los míos y los devoro literalmente con ansiedad, con ganas, con amor, con necesidad. Y grito al sentirlo dentro de mí, nuestros cuerpos chocan el uno con el otro mientras el agua corre por nosotros. Mientras que los besos se multiplican cada vez a más. Mientras que nuestros gemidos se hacen dueño de todo el silencio. Maldita sea, amo sentirlo dentro de mí. Sus manos aprietan mi trasero y gimo aún más fuerte como respuesta.

     - Te amo, _______.

Gime cerca de mis labios.

      - Yo también te amo.

Y dicho esto me dejo caer en su hombro cuando siento que explotamos juntos por dentro. Justin deja pequeños besos en mi hombro y mi cuello mientras acaricia mi espalda de arriba abajo haciendo que nuestras respiraciones se calmen. Nos dejamos caer hacia abajo y nos tumbamos en la bañera que está rodeada de agua caliente, tanto como lo estábamos nosotros hace apenas unos segundos el uno por el otro. Elevo mi cabeza del pecho de Justin y éste me besa en los labios dejando soltar un divertido gruñido.

       - Eres hermosa.

Sonrío mientras mis mejillas cogen algo de color y me escondo en su pecho el cual empieza a vibrar por su risa. ‘Me encanta hacerte enrojecer’ susurra cerca de mi oído haciéndome sonrojar aún más. Sonriendo dejo un pequeño beso en su barbilla apenas afeitada, repaso con mis uñas los vellos de su pecho mientras que el se estremece bajo mi tacto. Me siento bien al producir eso en él con mi simple toque. Repaso cada contorno de sus tatuajes y al terminar beso cada uno de ellos. Mmm. Se siente realmente bien besar a este chico. Me siento afortunada de tenerlo todo para mí. Elevo mi cabeza para mirarlo y me encuentro con su adictiva mirada color miel enfrentada a la mía que le mira con dulzura. Le quiero tanto. Aparto mi mirada y me pongo nerviosa al sentir la suya todavía sobre mí.

       - ¿Por qué me miras así? –suelto una pequeña carcajada.

       - ¿Cómo te miro?

       - No lo sé, como si estuvieras pensando en algo respecto a mi –río ante mi respuesta sin apenas lógica. Justin se inclina y acaricia mi mejilla.

        - Nena, yo siempre estoy pensando en algo respecto a ti –dice para luego dejar un casto beso en mis labios hinchados y a la vez rojos. Sonrío cuando nos separamos.

       - Será mejor que nos vayamos, tengo todos los dedos arrugados –digo mientras le enseño mis dedos. Sonríe  y besa mi mano para levantarse junto a mí.

Pongo una toalla a alrededor de mi cuerpo y otra en mi pelo mientras hago esto no quito la mirada del reflejo de Justin en el espejo. Paso la lengua por mis labios al ver las gotas de agua bajar tímidamente por su cuerpo. Me sonrojo cuando mi mirada se encuentra con la suya y la quito rápidamente. Escucho su risa mientras termino de liar una pequeña toalla en mi pelo y segundos después unos brazos rodean mi cintura. Sonrío y dejo caer mi cabeza en su hombros mientras cierro los ojos y me relajo simplemente escuchando su respiración chocar contra mi piel. Abro los ojos y Justin besa mi cuello para luego dejarme ir. Salimos del baño para entrar en la habitación. Dejo caer la toalla ante la atenta mirada de mi novio. Sonrío sin que él me pueda ver. Me pongo tan solo unas braguitas negras y luego dejo caer una camiseta de Justin por mi cuerpo. Quito la toalla de mi pelo y la dejo en la silla que está justo al lado del ropero. Cuando me giro me encuentro con Justin sentado en la cama mirando cada uno de mis pasos. Riendo le guiño el ojo y corro hacia la cama para acurrucarme en ella. Justin ríe y se pone su pijama ahora, dejándome admirar las vistas.  No tarda nada en hacerme compañía en la cama acurrucándome a su lado.

Trazo líneas por su desnudo pecho proporcionándole pequeñas caricias mientras que mi mente viaja hacia el sitio oscuro de mi cabeza: pensamientos que no deben de aparecer ahora. Los secretos de Justin que desconozco empiezan a torturarme mentalmente aunque intento no dejarlos meterse en mí. Parece ser que Justin se da cuenta de que algo me pasa y me aprieta a su cuerpo.

        - ¿Qué te pasa? –niego con la cabeza. Justin suspira y repite la misma pregunta un par de veces.

        - Justin…-muerdo mi labio nerviosa sin saber si quiero realmente escuchar lo que le voy a pedir- cuéntame esos secretos, por favor.

Siento su piel tensarse y sus brazos poco a poco me aprietan más a su lado como si tuviera miedo a que me vaya, y eso me asusta. Me asusta saber que esos secretos pueden ser tan fuerte como para el plantearme querer separarme de él.

      -  _____, yo…-suspira para sí mismo- no creo que pueda decirte.

      -  Me dijiste que me lo dirías, ¿de qué tienes miedo?

      -  De perderte –dice fijando su mirada en mí.

      -  No me vas a perder –agarro su mano con una sonrisa- confío en ti, cuéntame.




Después de una pelea en la cabeza de Justin separando los pero y los contras de si hablar o no, decide contárselo todo. Decide contarle todo lo que pasó hace unos años, exactamente cinco años oscuros. Llenos de secretos que él desconocía cuando pequeño pero que su padre le contó cuando creció. Y es que a veces: las apariencias verdaderamente engañan.

_____ mira a Justin atenta y nerviosa, queriendo y a la vez no queriendo saber todo lo que Justin tiene que contarle. Pero confía en él, y nada en el mundo le hará separarse de él, o por lo menos es lo que ella piensa ahora mismo pero como dice un refrán: del amor al odio hay un solo paso.

Justin se acerca a los labios de _____ antes de hablar y deposita una serie de besos, cada uno más apasionado que el otro. Cuando se separa de su chica la mira con miedo y con amor.

      -  Te amo.

      - Justin me estás asustando.

      - Dime que me amas –gruñe Justin suavemente por lo bajo.

       - Sabes que te amo.

Justin asiente y besa de nuevo a _______. Coge aire y lo suelta suavemente.

     -   Hace algún tiempo, exactamente cinco añ…-se para al escuchar el móvil de _____ vibrar.

      -  No lo cojo, no importa.

      - Cógelo, ya han llamado una cuantas de veces. Quizás es importante.

_____ le mira, y luego de pensarlo un par de veces asiente. Se levanta de la cama y coge el teléfono, el nombre de su hermana parpadea en la gran pantalla.

        - ¿Puedes llamarme más...-un grito que proviene del otro lado del teléfono le interrumpe.

      -  ¡Ven a casa, mamá a recuperado la memoria! ¡Se acuerda de todo, ____! –exclama sollozo tras sollozo. 
    
   Los ojos de _____ se llenan de lágrimas que son signo de su felicidad y sin poder articular nada más susurra un ‘voy en seguida’ y luego cuelga. Se gira ante la mirada preocupada de Justin, ______ suelta una risa mientras llora y se tira corriendo encima de su novio.

      -  ¡Mi madre ha recordado, Justin! –exclama _______ alegre.

Justin se queda parado bajo su novia con el corazón cada vez yéndole más rápido de lo normal, ahora sí, todos los secretos están a punto de descubrirse. Secretos llenos de oscuridad.