“ Ven y toma una oportunidad, vamos a
bailar y a vivir sin miedos. “
La música
empieza a sonar más fuerte que al principio haciendo que todo el mundo grite
mientras elevan sus brazos a un mismo ritmo. Miro a mi amiga que mueve sus
caderas con una sonrisa y coge mis manos invitándome a bailar. Niego mientras
me sonrojo. Pero ella no se da por vencida y me hace bailar. Un paso, dos, un
movimiento de caderas y poco después mi cuerpo empieza a moverse solo. Sin siquiera
yo misma poder manejarlo.
Ladeo mi
cabeza para encontrarme con los ojos de Justin que miran mi silueta sin parpadear. Muerdo mi labio al
recordar lo que ha pasado hace unos minutos.
Y sin querer sonrío mientras le miro y él no tarda en devolverme la
sonrisa. Se ve tan jodidamente sexy con esa blusa de cuadros y esos pantalones
negros caídos. Me dan unas ganas terribles de enredar mis manos en su cabello y
despeinarlo mientras le doy pequeños besos. Sacudo mi cabeza cuando me doy
cuenta que al tan solo imaginarlo mi respiración se ha agitado, y tan solo por
su sonrisa divertida sé que sabe perfectamente lo que estaba pensando. Aparto
la mirada con las mejillas ruborizadas. Y sigo bailando con mi amiga que me
mira sin entender nada. Sacudo mi mano quitándole importancia. Cuando empieza
el estribillo de la canción muevo las caderas más rápido y miro a mi amiga que
mira detrás de mi divertida. Estoy a punto de girarme para ver a quién mira así
pero esa persona ya está demasiado cerca de mí.
Siento una
respiración cerca de mi oído haciéndome saber quién es. Sus manos aprietan mi
cadera acercándome a su cuerpo haciendo que mi espalda choque contra su pecho.
Suspiro sin poder evitar sonreír. Sus manos en mi cadera hacen que la mueva de
un lado a otro. Me siento como una marioneta en sus manos y realmente ahora
mismo no me importa. Me siento bien. Jodidamente bien, ¿es eso malo? Siento
como coloca su barbilla en mi hombro y echo mi cabeza hacia atrás. Pongo mis
manos sobre las suyas y bailamos pegados. Muy pegados. Tanto que puedo
atreverme a decir que siquiera un alfiler puede caber entre nosotros. Sus manos
bajan para pasearse por mi silueta y puedo sentir como el corazón de Justin
empieza a bombear deprisa. Como el mío quizás.
-
Me
gusta esto.
-
¿El
qué?
-
Tenerte
así de cerca.
-
¿Por
qué?
-
Me
hace sentir bien.
Sonrío al
escuchar su respuesta. Cojo sus manos para que dejen de agarrar mi cadera y me
giro para enfrentarlo. Vuelve a colocar sus manos en mí. Cuelgo mis brazos en
su cuello para entrelazar mis dedos tras su nuca y pegar nuestros pechos. Un
paso hacia delante y dos hacia atrás. Un movimiento más de cintura y la canción
termina con los gritos de todas las personas que nos rodea. Pero que durante la
canción he podido olvidar completamente. Escucho unos aplausos y me giro para
encontrarme con Christian. Me suelto de Justin pero él no me suelta. Me pega
más a él. Suspiro cuando veo que Christian se acerca a nosotros.
-
Vámonos,
Jane –exige. Elevo mis cejas.
-
¿Desde
cuándo me mandas?
-
Desde
que has venido conmigo. Vámonos.
-
No,
Christian.
Christian
coge mi brazo y me empuja hacia él haciendo que Justin quite sus manos de mi
cadera. Veo como Justin tensa su mandíbula mirando hacia el chico de mi lado.
Christian da un paso hacia delante y yo frunzo el ceño. Me adelanto a Justin y
me pongo en medio.
-
Vámonos.
-
Primero
quiero hablar con tu amigo –sonríe divertido.
-
¡Vámonos!
–exclamo mientras señalo hacia la salida y empujo su pecho para que dé un paso
hacia atrás.
Christian me
mira y luego se gira mientras me empuja a su lado. Miro por última vez a Justin
que sigue mirando a Christian con su mandíbula apretada y sus puños cerrados.
Aparto mi mirada y ando hacia la salida junto a mi acompañante. Y de pronto
todo pasa muy rápido. El cuerpo de Christian se vuelve hacia atrás por culpa de
una mano que agarra su brazo, y un puño le golpea fuertemente en la mandíbula
haciendo que éste suelte algunos quejidos. Miro a Justin que está a punto de
dar otro puñetazo. Me aproximo a él, y me pongo justo delante. Agarro su puño
con mi mano haciendo que su cuerpo se relaje.
-
No
sigas con esto.
Y cuando
está a punto de decir algo, alguien golpea mi cuerpo echándome hacia el lado.
Miro a Christian que acaba de pegar un puñetazo a Justin en la nariz. Intento
pararlos y separarlos. Y pronto aparece Darren ayudándome. Hasta que
conseguimos separarlos.
-
¿Qué
mierda ha pasado? –pregunta Darren sin entender nada.
-
No
vuelvas a tratarla así –advierte Justin.
-
Vámonos,
Christian –digo mientras empujo su pecho hacia la salida.
Y sin mirar
hacia atrás me alejo de Justin, de esa casa y de esa maldita fiesta.
-
No
vuelvas a tocarme –miro a Christian.
-
Jane,
yo…
-
Tú
nada. No eres nada mío. No tiene que importarte una mierda nada sobre mí.
-
Pero
me gustas –confiesa Christian parando el coche justo delante de mi casa. Le
miro sorprendida por su confesión. Se acerca a mí y justo cuando está a
centímetros me echo hacia atrás. Niego con la cabeza. Abro la puerta del coche.
-
Adiós.
Cierro la
puerta y entro en mi casa intentando no hacer ruido para no despertar a mi
padre. Me quito los tacones y subo la escalera hasta llegar a mi habitación. Dejo
caer los zapatos junto a mi bolso en la cama. Voy hacia el baño y quito mi
maquillaje que está hecho un desastre. Cansada ando hacia la cama para tirarme
en ella. Mi móvil empieza a vibrar dentro del bolso. Estiro el brazo hasta
coger el móvil. Un sms. De Justin: Quiero verte. Contesto rápidamente: Yo
no te quiero ver a ti.
La
contestación me llega pronto pero no vía sms
exactamente. Un par de toques suenan en mi ventana. Y suspiro al saber quién
es, ¿qué otra persona podría entrar por mi ventana? Ando en la oscuridad de mi
habitación hasta abrir mi ventana. Mi rostro encara el suyo que está hecho
totalmente una mierda.
-
Te
he dicho que no te quería ver.
-
Si
no me quisieras ver no habrías abierto la ventana.
Mis mejillas
se sonrojan y agradezco mentalmente a la luz de mi habitación por estar
apagada. Pega un pequeño salto y cae de píe justo delante de mí. Un par de
centímetros nos separan. Se acerca pero me echo hacia atrás.
-
No
deberías de estar aquí…
-
Nena…-susurra
en mi oído- se me fue las manos, está bien. Perdóname.
-
Justin…
-
Ya
te pedí perdón, ¿qué más quieres que haga? –pregunta mientras se separa de mí.
-
Yo
no quie…
-
Me
arrastro como un gilipollas viniendo hasta aquí y tú me dices que no debería
estar aquí.
-
¿Qué
te pasa? Solo quiero decirt…
-
Eres
una perra…-susurra. Pero lo he
escuchado.
-
¿Qué
mierda te pasa?
-
Todas
las tías sois iguales, no sé ni que hago aquí.
-
Pues
vete.
-
Eso
voy a hacer.
-
¡Adiós!
–exclamo pero me calmo al saber que me podrían escuchar.
Aparco el
coche para luego cerrar la puerta con fuerza. Entro en la casa y Darren me mira
al escuchar el portazo que acabo de dar. Toda la casa está hecha una mierda por
culpa de la fiesta, pero realmente no me importa. Ando hacia una mesa donde hay
una botella de whisky y me siento al
lado de mi amigo, que me mira sorprendido. Elevo la botella en mis labios y el
alcohol pasa por mi garganta haciéndome arder.
-
Woo,
¿qué te pasa?
-
Las
tías son unas putas.
-
¿Todo
esto es por una tía? –pregunta divertido pero su sonrisa se apaga cuando le
miro- ¿es esa amiga de Enma, no?
-
Le
fui a pedir perdón…-susurro mientras vuelvo a beber de la botella- y ella me
dijo que no debería de estar allí.
-
Estará
molesta.
-
¡Me
importa una mierda, ella solo defendía al hijo de puta ese!
-
Justin
–me llama Darren divertido. Le miro – nunca te he visto así por una tía.
-
No
estoy de ninguna forma, solo qu…
-
Te
gusta.
-
¿Qué
dices, bro? ¡Tan solo quiero
acostarme con ella! –exclamo intentando convencer a mi amigo. Y quizás también
a mí mismo.
-
Te
gusta y mucho. Acéptalo, man.
-
No
aceptaré una mierda.
-
Te
importa esa chica, quizás cuando te dije que era diferente no mentía. Estás
acostumbrado a que todas las tías se abran de piernas cuando quieras. Y ahora
llega ella y te pone el camino difícil.
-
Cállate
–murmuro.
-
No
diré nada más si no quieres –dice mientras se levanta y va hacia las escaleras-
pero te importa.
Gruño por lo
bajo y vuelvo a beber de la botella esta vez dando un sorbo aún más largo.
Cierro los ojos y me echo hacia atrás dejando descansar mi espalda en el sofá.
Lamo mis labios recogiendo el sabor a alcohol pero el verdadero sabor que
quiero recoger es el de sus labios. Sus labios sientan tan bien sobre los míos.
Y me entran unas ganas terribles de volverla a besar. Una vez tras otra. Sin parar.
Abro los ojos y cojo mi móvil. Miro la pantalla un par de veces. Podría
enviarle un sms para pedirle perdón o
ir nuevamente hacia su casa y hacerle saber todas las jodidas ganas que tengo
de besarla. Y me decanto por la segunda opción. Me levanto del sofá un poco
mareado y cojo las llaves del coche con el pensamiento de ir hacia casa de Jane
aunque un presentimiento me dice que no será exactamente donde acabe esta
noche.
¡Hola, pues estoy aquí de nuevo para dejaros el capítulo trece! Wooo, a mi personalmente, me gustó. No sé, más o menos ya se va viendo al Justin de verdad. La charla con Darren me gustó bastante, pero el final, justo la frase del final os va a dar mucho de lo que pensar. Y creo que pensareis de todos menos lo que va a pasar realmente.
Me hariais muy muy feliz si me dais vuestra opinión a través de twitter: @espeblumer y si no tenéis twitter pues podéis comentar en el capítulo. Espero que os guste y...
¡HASTA PRONTO, Y MUCHAS GRACIAS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario