miércoles, 26 de diciembre de 2012

La mecánica del amor {46,47}



|| JUSTIN ||

Siento su respiración tranquila chocar contra mi pecho, le miro y veo que se ha quedado dormida entre mis brazos, como la he extrañado. Entra una leve brisa fría por la ventana, intento separarme de ella para cerrarla pero _____ se aferra mejor a mi pecho y susurra algo que no he podido entender. Sonrío y echo sus pelos hacia atrás para luego acariciar sus mejillas y bajar mis caricias a su espalda. Meto mi mano dentro de su chaleco y suspiro al sentir el contacto con su piel. Doy leves caricias, de arriba hacia abajo. La quiero tanto. Bajo un poco más mi mano hasta que esta choca con el principio de sus pantalones. Lamo mis labios y meto mi mano dentro de sus pantalones y acaricio su trasero delicadamente. Ella se mueve un poco y puedo ver como una sonrisa se apodera de sus labios haciendo que yo también sonría.

- Eres un pervertido –dice mientras suelta una pequeña risa.

- No, solo estoy falto de cariño.

- ¿Es una indirecta?

- Yo más bien diría directa.

_____ me da un puñetazo sin fuerza mientras carcajea y yo me uno a su risa, pero ella pronto deja de reír ya que acabo de pegar sus labios con los míos. Subo una mano a su mejilla y la dejo allí mientras que con mis dedos le hago leves carias en sus mofletes, ahora, enrojecidos. Sonríe, y eso hace que mi corazón empiece a latir a toda hostia. Se separa de mi con un beso fugaz acompañado de un suspiro. Se tumba con medio cuerpo suyo encima del mío. 

- Justin…

- Dime, princesa.

- ¿Cuándo te vas?

- ¿Ya quieres que me vaya? –ella niega con la cabeza.

- Sabes que si por mi fuera te quedarías aquí conmigo siempre, pero…

- Lo sé, me voy mañana a las siete.

- ¿Qué hora es? 

- Las ocho –contesto después de mirar mi reloj.

Ella sonríe y se levanta del sofá en apenas un salto. Se acerca a mis labios para depositar en estos un beso demasiado corto para mi gusto y después de decirme ‘Espérame unos minutos’, corre escalón a escalón las escaleras que dan a la plata de arriba, y con una sonrisa de estúpido me quedo mirando como su silueta se pierde en aquella escalera. Me levanto del sofá y me acerco a una estantería llenas de libros, hace muchísimo que no me leo uno. El título de uno me llama la atención ‘Medianoche’. Abro el libro por una página cualquiera y empiezo a leer…

‘’Cuando se ama a alguien hay que impedir que las mentiras se interpongan entre ambos. No importa lo que suceda aunque se le pierda para siempre, decir la verdad es fundamental’’

Al acabar de leer aquel párrafo siento unas manos frías taparme los ojos. Sonrío y con alguna que otra dificultad dejo el libro en su sitio para luego colocar mis manos encima de las de mi novia, me giro quitando sus manos de mis ojos y sonrío al verla. Beso su nariz y sonríe.




- Te quiero mucho, Justin.

Sonrío y me inclino hacia su boca para capturar sus labios entre los míos. Al separarme beso su frente, miro hacia el sofá y veo una mochila. Frunzo el ceño.
- ¿Para que llevas una mochila?

- Es una sorpresa, Justin.

- ¿Me la dices?

- No.

- Venga, princesa.

- No.

- Por favor.

- Que no, Justin.

- Que mala eres.

- Y tú que tonto.

- ¿Ya no me quieres?

- Claro que te quiero, imbécil. 


Sonreímos y nos damos un pequeño beso. ____ se separa de mi y coge la mochila para colocársela en su espalda, luego coge unas llaves que están encima de la mesa del salón y se gira para mirarme con una sonrisa. Se la devuelvo. Ella coge un papel y un bolígrafo y escribe algo para luego dejarlo en la mesa, anda hacia mi y coge mi mano para tirar de mi hasta la puerta. Río divertido. Abre la puerta, y salimos. Pero antes de entrar en el coche le abrazo por detrás y beso su mejilla.




|| _________ ||


Tiro de Justin hasta llegar al coche, abro la puerta y entro en el sitio del conductor. Justin me mira sorprendido, y yo río. Él entra por la puerta del copiloto y se sienta. Cojo la mochila y la pongo en los sillones de atrás con cuidado. 
- ¿Desde cuándo tienes carnet?

- Desde hace un año, pero no tenía coche.

- Interesante, no lo sabía.


- Sabes tan pocas cosas, Bieber.


- ¿Cómo qué se pocas cosas?


- Nada, nada.


- No, dime.


- No, déjalo –suelto una pequeña risa.


- No, déjalo –me imita y esto hace que ría más fuerte- no, dime, ¿qué es lo que no sé, pequeña misteriosa?


- ¿Cómo me llamaste?


- Pequeña misteriosa.


- Rompo a reír y él ríe conmigo. De pronto se acerca haciendo que nuestras risas cesen y nuestros labios cada vez estén más pegados hasta acabar juntos. Sonrío entre sus labios y siento como con su pulgar me hace leves caricias en mi mejilla. Nos separamos tras un beso fugaz. Meto las llaves para poder arrancar.


- Ya me explicarás esas cosas que no sé.

Arranco, meto primera y me pierdo entre las calles de Atlanta. De pronto siento una mano por mi rodilla, y miro de reojo a Justin que sonríe. Sonrío. Enciendo el radio y empieza a sonar ‘The A Team’ de Ed Sheeran. La tarareo mientras voy guiándome para saber donde estoy. Cuando lo sé, cojo una curva y finalmente acabamos en donde yo quería, un mcdonald’s. Después de aparcar, Justin me mira.


- Bonita sorpresa, princesa.


Reímos y bajamos del coche. Cierro las puertas y me acerco a Justin, este se acerca a mi y me abraza por los hombros para andar hacia la entrada.


- Ve buscando sitio mientras yo pido, ¿quieres? –asiento con una sonrisa, y luego de decirle lo que quiero, me dispongo a alejarme pero él tira de mi haciendo que mi pecho choque con su pecho. Sonrío cuando lo tengo a milímetros, y él besa mis labios después de susurrar un tierno ‘Preciosa’. 


Me separo, y voy a buscar sitio. Encuentro una mesa de dos al lado de la ventana, ando ligera hasta ella y me siento. Muevo mis dedos mientras le doy golpecitos a la mesa haciendo alguna melodía inventada. Sonrío al ver a Justin venir hacia mí. Deja la comida en la mesa y se sienta delante de mí. Desenvuelvo mi hamburguesa, y lamo mis labios. Levanto la cabeza y veo como Justin me mira. Me ruborizo y bajo un poco la cabeza. Él suelta una pequeña carcajada y me coge del mentón haciendo que eleve la cara para quedarnos mirándonos. Uno al otro. Sonreímos. 


- Te quiero.


- Yo también te quiero, Justin.


Y dicho esto, nos damos un pequeño beso para luego empezar a comer. Justin coge su hamburguesa con las dos manos y al pegarle el bocado toda la lechuga se le cae hacia el lado. Río fuertemente y él me mira con mala cara. Realmente, es peor que un niño pequeño.


Después de terminar de comer, nos levantamos y pagamos. Salimos de allí cogidos de la mano. Nos acercamos al coche y entramos. Cojo un coletero que tengo en la guantera del coche. Echo mi cabeza un poco hacia atrás, cogo todo mi pelo y me hago una cola bastante alta. Meto algunos mechones de pelos detrás de mi oreja, y sonrío mirando el retrovisor. Miro a Justin, que me mira embobado. Suelto una risa nerviosa.


- Me encanta cuando haces eso.


- ¿Cogerme una cola?


- No, lo otro.


- No te entiendo.


Entonces ocurre algo bastante extraño. No sé cómo ni cuándo, Justin hace que me siente encima suya y acabe a milímetros de su cara. Carcajeo un poco.


- Eso.


- Justin, explícate.


- Esa risa que te sale cuando me miras. Juro que me vuelve loco.
 
- Tú también me vuelves loca a mí.


- ¿Ah sí?


- Si, ¿y sabes por qué?


- No, ¿por qué?


- Por que cuando hago esto…-me acerco a sus labios, y él suspira apretándome hacia su pecho- me aprietas fuerte hacia a ti, y eso me vuelve loca.


- Tú entera me vuelves loco a mí.

- ¿Sí?¿Cómo cuánto?

- Como de aquí a la luna ida y vuelta.

- ¿Tanto?

- Eso se queda corto.

- No sabes todo lo que enciendes en mi. –susurro cerca de sus labios- no sabes todo lo que te quiero, Justin.

- Tú tampoco tienes una idea de lo que te quiero yo a ti, ____.

Sonrío como estúpida. Coloco una mano en su cuello, y con mi otra mano le doy suaves caricias en sus labios. Me acerco a él. Y cuando estoy a milímetros, soplo en sus labios. Él me aprieta hacia él. Me acerco a sus labios y él se inclina para cogerlos con fuerza. Con ganas. Movemos nuestros labios al mismo compas. Al moverme me pego un pequeño golpe con la puerta del coche, reímos entre nuestros labios. Justin baja sus manos hacia mi cintura y las mete dentro de mi chaleco. Yo suelto un pequeño gemido al sentir su tacto. El beso cobra velocidad, y ahora sí que estoy en la luna. Damos idas y vueltas a toda hostia, cabe la posibilidad de que todo esto es lo que se siente al reparar la mecánica del amor. Justin abre un poco más mis piernas para acomodarse mejor y arrastra sus labios hacia mi cuello.


- Justin…tranquilo, estamos en un aparcamiento.

Él gruñe y vuelve hacia mis labios para capturarlos nuevamente, pero esta vez, suavemente. Despacio. Como si se fueran a romper.


- Será mejor que paremos, porque si no, juro hacerte mía aquí mismo. 


|| NARRADOR ||

El coche de ______ se para en medio de un gran bosque repleto de árboles de los cuales las hojas se mueven por culpa del viento frío que corre. Primero se baja Justin y luego ____ con la mochila en la espalda. Justin lleva todo el camino pensando que tendrá su novia en la mochila. ____ eleva su mano para coger la de Justin y le guía hasta acabar en una alta montaña ‘¿cómo han subido aquí?’ se pregunta Justin, pero lo que él no sabe es que en estos dos meses este sitio ha sido el favorito de _____. Donde ha venido a llorar, a gritar, a pensar. Un resguardo. _____ mira a su novio con una sonrisa esperando a que le diga algo. Pero él no dice nada, tan solo le mira con una sonrisa. 

_____ deja caer la mochila en el suelo con cuidado, y va hacia el filo de la montaña. Se sienta. Desde ahí se puede ver toda Atlanta. Mira hacia atrás y con un leve gesto le pide a Justin que se sienta a su lado. Este le hace caso y se sienta a su lado pasando su brazo por la cintura de ella. _____ deja caer su cabeza en el pecho de Justin, y se quedan en silencio. No un silencio molesto, tampoco uno de esos que se producen cuando nadie sabe lo que decir. Es un silencio de esos que se produce cuando dos personas están cómodas una con la otra. Cuando se hablan a través de latidos. Cuando quieren decir tantas cosas que al final acaban callados. Y de pronto el silencio se rompe por dos palabras mágicas. Dos palabras que no significan nada separadas pero juntas lo significa todo. 

- Te amo, _____.

‘Cuando me di cuenta era tarde. Ya te habías metido en mi corazón. Ya habías dejado todas tus caricias en mi piel. Todos tus besos en mis labios. Te habías echo dueño de la mecánica de mi amor. Cuando me di cuenta mi sonrisa dependía de la tuya. Mi pensamiento era tuyo. Completamente tuyo. Has hecho que toque el cielo con las puntas de mis dedos. Me has hecho feliz, ¿sabes? Cuando me di cuenta ya estaba enamorada de ti’

- Yo también te amo, Justin.

Y dicho esto, nuestros protagonistas se besan. De una forma diferente. Existen tantos tipos de besos que no podría definir cada uno de ellos. Hay tantos sentimientos en cada uno de ellos, que me sería casi imposible decir lo especial que es concretamente uno. Porque cada uno de esos besos quiere decir una cosa distinta, quiere transmitir algo diferente. Porque cada uno de esos besos son parte de esta gran historia.

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