domingo, 9 de diciembre de 2012

La mecánica del amor {43,44}


¿Cómo reaccionaré al verla? 

Es la pregunta que le ronda a Justin por la cabeza. Y esto es normal en Justin, ya que él nunca antes había hecho esto por ninguna otra chica. Por ninguna. No tienen ningún plan ni tampoco ningún discurso que darle a ______ para que se dé cuenta que le importa una mierda la distancia. El miedo le recorre cada parte de su cuerpo, y esto es extraño en él. Realmente muy extraño, ¿miedo?¿él? Jamás antes lo había sentido, pero ahora si lo siente. Y no porque esté a kilómetros del suelo. Tampoco porque vaya a verla. Sino porque tiene miedo a la reacción de ella. Tiene miedo a que este con otro chico. En estos dos meses que han pasado desde que están lejos uno del otro nunca antes había necesitado tanto a alguien, como le necesita a ella. 

El avión se mueve un poco y la persona mayor que se sienta al lado de Justin se asusta agarrándose fuertemente al asiento. Está asustada. Justin apostaría mil dólares a que es la primera vez que se sube en un avión y debe de ser por algo importante ya que a la mujer le da bastante miedo. 

- ¿Está acostumbrado a subir en aviones? -pregunta la mujer con la respiración un poco agitada. Se escucha su corazón constantemente como si quisiera salir del pecho.

- La verdad es que no -dice Justin- pero no se preocupe estás turbulencias son normales- sonríe para tranquilizar a la mujer, ella asiente y suelta un pequeño suspiro, luego cierra los ojos fuertemente- no se asuste, queda poco.

La mujer se recuesta mejor en su asiento, coloca bien su falda larga color negra y deja caer la cabeza hacia atrás cerrando los ojos e intentando dormir, quizás así se pueda relajar un poco. Justin vuelve la mirada hacia la ventana. Con su dedo índice repasa el contorno de las nubes por el cristal. Suelta un leve gruñido con una mezcla de felicidad y de tristeza, y es que él no sabe nada de lo que le espera dentro de tres o quizás cuatro horas.

• En un lugar bajo esos kilómetros sobre el cielo.

_____ abre la ventana y toma un poco de aire. Suelta un grito ahogado en su propio silencio, han pasado dos meses desde que no se ven y le extraña demasiado. Mira hacia el escritorio y ve el paquete de tabaco encima de algunos libros. Se acerca y lo coge para luego sacar uno de los veinte cigarros que contiene. Coge el mechero que se encuentra en la esquina de ese mismo escritorio, se deja caer en la ventana. Lo enciende y da una pequeña calada para poder encenderlo. El humo con un color gris cálido sale de sus labios para esfumarse entre el aire. Mira el cigarro que se encuentra entre sus dedos y lo ve consumir. Si Justin le viera, la mataría. Da un pequeño golpe para tirar la ceniza, y vuelve a inspirar del cigarro. 
Lo apaga cuando está a la mitad y lo guarda nuevamente en la caja. Pasa por el espejo y mira su reflejo. A perdido unos cuantos de kilos y el cabello lo tiene castaño. Si, se echó un tinte junto a su hermana. Quería cambiar algo de su 'look'. Recuerda que hoy es sábado y junto a ese recuerdo, recuerda también otros tantos como que hoy tiene que limpiar la casa por completo. Se lo prometió a su hermana. Abre el armario, se pone un pantalón vaquero claro y un chaleco de mangas largas celeste pero fino. Están en Abril. Se coge una cola alta. 
Se pone unas deportivas blancas, y baja hacia el piso de abajo dando pequeños saltos de escalón a escalón. Cuando salta el último escalón, el móvil empieza a vibrar en su bolsillo. Al principio se asusta pero luego se tranquiliza y lo coge después de mirar quien es, y con una sonrisa en la cara saluda dulcemente.

- ¡Hola, tía!

- ¡Hola, cielo!

- ¿Qué tal todo por allí? -pregunta Brid al otro lado del teléfono. Ella quiere que le cuente si ya vio a Justin.

- Pues bien, ahora mismo me iba a poner a limpiar la casa.

- ¿Tú?¿Limpiar?¿Desde cuándo? ¡Devolvedme a mi mejor amiga!

Unas sonoras carcajadas se hacen dueñas de la conversación durante unos minutos.

- ¿Y tú qué tal?

- Pues bien, echándote de menos.

- Yo también os echo de menos, mucho.

- ¿A quién?

- Pues a todos, ¿a quién si no?

- Especifica ese 'todos'.

- ¿Qué quieres que te diga? Ya sabes que en ese 'todos' entra él, Brid.

- Él también te extraña, ____.

- No dudo eso, pero las cosas están bien así.

- ¿Cómo que están bien?

- Que es mejor que no estemos juntos.

- Eso se lo cuentas a otra amiga.

- ¡Déjame! -exclama _____ con una risa un tanto nerviosa.

Después de un par de minutos más de conversación, cuelgan. ____ deja escapar un suspiro de sus labios rosados. Tira el teléfono hacia el sofá y después de quedarse un minuto mirando a un mismo punto, se dispone a limpiar. Va hacia la minicadena y elige uno de sus discos preferidos. Pone el volumen al máximo y mientras canta y a la vez baila limpia todo el piso de abajo. Con algunas risas. Con algunos gritos. Hoy tiene un buen presentimiento, hoy sin tener si quiera un minuto se encuentra bien. El timbre empieza a sonar, _____ baja el volumen y va hacia la puerta. Al abrir, sonríe al encontrarse con Blas.

Entra, y ayúdame con esto.- sonríe ___ y Blas le responde la sonrisa mientras mira a su amiga.

• Unos cuantos kilómetros más lejos de esa casa.

|| JUSTIN ||

Bajo del avión y tan solo al pisar el suelo, me doy cuenta de todo lo que estoy haciendo. Estoy aquí por ti, princesa. Porque no puedo más, no puedo estar sin ver tu sonrisa al despertarme, no puedo estar tanto tiempo sin escuchar esa risa que me llena. Que me llena de amor. No puedo estar sin tus abrazos, sin tus besos, sin tu piel. Es que te has metido en mi corazón y has cerrado con llaves para no poder escapar. Te extraño, y ahora que estoy más cerca de ti las ganas de gritarte que te quiero se hacen más grande, no sé si seguirás acordándote de mí, tampoco sé si estoy haciendo lo correcto o no, solo sé que te quiero y te quiero conmigo. 

Salgo a la calle del aeropuerto, cojo un papel que tengo metido en el bolsillo trasero del pantalón y leo la dirección que me dio Brid. Las piernas me tiemblan y el corazón late como nunca antes lo había hecho, ¿qué clase de hechizo me has echado, princesa? Paro un taxi, este me sonríe y entro en los asiento de atrás, le señalo la dirección y él me dice que tardaremos entre una hora u hora y media. Yo le respondo asintiendo con la cabeza, abro un poco la ventana.

¿En busca de la novia? –frunzo el ceño, y luego sonrío. Asiento.- suerte muchacho, pocos chicos hacen lo que tú estás haciendo por ella. Suelto un ‘gracias’ acompañado de una sonrisa.

Y ahora sí, princesa…allá voy.

|| __________ ||

Cierro la puerta después de despedirme de Blas, ando hacia el sofá y caigo en el con cansancio. Levanto un poco mi chaleco y me acaricio la tripa, siempre me ha relajado eso. La canción que sonaba se cambia y empieza a sonar una nueva. ‘ When I Was Your Man’ y la tarareo en voz baja mientras tengo los ojos cerrados. Justin. Suspiro. Como te extraño. No sabes lo que daría por que me estuvieras llenando de caricias ahora mismo. Muevo mi cabeza hacia al lado y abro los ojos lentamente cuando la canción acaba. Me levanto y voy hacia la minicadena y pulso el ‘Stop’. Saco el disco y lo dejo al lado. Subo hacia el piso de arriba y cojo mi cámara, y luego las llaves. Bajo las escaleras y salgo de casa para luego cerrar la puerta detrás de mí. Y con pequeños pasos me adentro en uno de los parques más cercano de mi casa. Hay pocas personas, siempre que vengo no hay casi nadie. Tan solo algunas personas mayores dándole de comer a los patos, pero hoy si quiera esas personas están. Cuelgo mi cámara en mi cuello, la acerco a mi ojo derecho, y luego de buscar una perfecta foto la capto. La miro y sonrío. Dejo caer la cámara en mi pecho y retomo mi camino. Me encanta caminar por aquí, me siento bien. Condenadamente bien. Me pierdo en el camino mientras a la vez me pierdo entre pensamientos. Entre las dudas y las soluciones. Entre las preguntas y las respuestas. Llevo aquí dos meses, dos jodidos meses alejada de él, y no puedo más. No puedo estar sin él. He estado a punto de coger un avión rumbo Canadá, de aparecer en su casa y decirle todo lo que le necesito, pero existen esos jodidos obstáculos que no me dejan. Quizás es este nuestro destino: Estar separados uno del otro. Y aunque me duela decirlo, y aunque me duela pensarlo…quizás no volvamos a estar juntos y le deba de olvidar.

¿Nunca te has sentido cómo si el mundo fuera demasiado grande para ti? Es como si te vieras pequeña entre todo lo que te rodea, demasiado débil para todo, ¿nunca te has sentido con ganas de perderte entre los caminos? De querer estar sola pero a la vez acompañada por esa persona, pero esa persona, exactamente esa no está a tu lado. Y no porque no queráis, sino porque no podéis, porque parece que todo se ha puesta en vuestra contra, ¿sí?¿alguna vez te has sentido así? Pues así es como me siento yo desde hace dos meses. Dos largos meses.

|| JUSTIN ||

Bajo del taxi cuando este se para en frente de una gran casa color blanco, pago al taxista y me despido. Se va. Doy dos leves pasos decididos, me paro en el pequeño escalón que da con la puerta principal. No soy capaz. No lo soy. Retrocedo dos pasos. Aprieto mis puños. Giro mi cabeza y aprieto mis labios, ¿qué hago?¿qué le voy a decir? Maldita sea. Veo a lo lejos un parque, quizás sea mejor ir a pasear un poco antes de verla. Bajo mi cabeza y ando hasta adentrarme en aquel parque que está totalmente desierto de gente. Veo un banco y decido sentarme. Apoyo mi cabeza entre mis manos y mis codos en mis rodillas. Suspiro. Muerdo mi labio. 

En este tiempo he aprendido que el amor puede llegar por sorpresa, y cuando llega te roba el corazón de tal forma que ya no te pertenece a ti mismo sino a la otra persona. Que los siempre no existen, pero los te amo verdaderos sí. He aprendido que cuando se quiere a alguien se es capaz de hacer todo por la otra persona. Que si una persona importante se va de tu lado, tienes que ir a buscarla porque después puede ser demasiado tarde. He aprendido que no se puede negar lo que uno siente, porque es tan fuerte. Es tan profundo. Que es imposible negarlo. He aprendido que realmente si se puede sonreír por alguien, y también llorar. He aprendido a luchar, a querer y a ser querido. Y sobretodo he aprendido que no hay nada mejor que levantarse cada mañana con la persona a la que amas a tu lado.

Me levanto del banco, estoy decidido. Me giro y para mi sorpresa veo a una chica de espalda, esta echándole una foto a algo. El corazón me da un pequeño vuelco, se me hace tan reconocido ese cuerpo. Pero su pelo no es castaño. Doy unos cuantos pasos hacia delante, y la chica se gira, se gira para hacer que mi corazón cobre vida y lata de una manera sobrenatural. Ella se lleva la mano a su boca y sus ojos se llenan de lágrimas. No sé si salir corriendo hacia ella o decirle todo lo que la necesito. Pero no tomo ninguna de esas dos opciones y como un estúpido me quedo parado. Está más delgada, y su pelo es diferente. Pero está preciosa. Está realmente preciosa. Puedo ver como unas cuantas lágrimas brotan por su mejilla, ‘Justin muévete’ me susurra una y otra vez una voz en mi cabeza. Ella da un paso hacia delante, y desde aquí puedo escuchar su corazón que hace una carrera con el mío. Una pequeña sonrisa se escapa de mis labios, ella me devuelve la sonrisa y se queda quieta mirándome. Y ya no puedo más, corro hacia ella y la cojo entre mis brazos elevándola un poco del suelo, ella se aferra a mi dejando escapar algunos sollozos de sus labios. Cuanto te he extrañado, princesa. Cuanto te he extrañado, joder. 




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