viernes, 16 de noviembre de 2012

La mecánica del amor {40}



‘Hola, Justin.
Ahora mismo no tendrás ni idea de porque te dio esta carta Brid, y conociéndote ya estarás leyendo las últimas palabras de la carta. Para. No leas el final sin antes no leer el principio. Me quedo en blanco al escribirte esta carta, no sé como empezar. No sé como escribirte todo lo que quiero decirte. Me duele tanto, mi amor. Me duele tanto. Quiero darte las gracias por haberme ayudado a tocar las estrellas con las yemas de mis dedos, por haberme llevado a viajar hacia Júpiter con una de mis mejores sonrisas. Gracias por haberme subido al cielo entre caricias y haberme regalado el mejor regalo del mundo mediante tus besos, ¿te cuento un secreto? Pero no le digas a nadie, eh. Antes cuando era pequeña yo no creía en los príncipes azules, siempre pensaba que eso no existía. Mis padres me contaban historias de príncipes y princesas pero yo estaba tan segura de que eso no existía que les decía que no me contaran esos tipos de historias. Que no creía en ellas. Pero cuando me mude de pueblo, entre en una escuela nueva, yo ya tenía doce años. Y vi a un chico de pelo castaño, era terriblemente lindo. Tenía los ojos color miel tapados por unas gafas enormes. Me acerqué a él, y jugué junto a él a sus coches ¡¡Yo odiaba jugar a los coches!! Pero ese chico me hizo jugar, me gustaba. Y aunque fuera una niña, sabía que él tenía algo especial en sus ojos. Y ese mismo día, creí en los príncipes azules. Ese chico era mi príncipe azul, ese mismo chico que ahora es distinto físicamente pero interiormente es el mismo chico que conocí con doce años. Así que gracias, bebé. Gracias por enseñarme a creer que los príncipes si existen. Porque tú eres uno. Y eres el más hermoso del mundo. Vivimos un cuento de hadas, pero todos los cuentos llegan al final. Y por más que me duele decirlo nuestro cuento ha llegado al final. Hay veces, que en la vida no todo es fácil. No todo es color de rosa. Hay veces que la vida se pone en nuestra contra, y no podemos hacer nada. Que todo se vuelve grande y no sabemos como volverlo pequeño. Me he ido. Me he ido con mi hermana, en la ciudad donde ella vive hay un centro en el cual mi madre se puede recuperar, y tengo que viajar hasta allí, hasta Georgia, Atlanta. Todo esto es demasiado complicado, ahora, mientras lees esta carta, yo estaré cogiendo un avión. Ahora mismo tengo el corazón desierto sin ti. No me he podido despedir, no podía decirte adiós mirándote a los ojos. No podría separarme de ti. Y debo hacerlo, por mi madre. Por favor, entiéndeme. Si no quieres saber nada de mi, lo entenderé, aunque me duela. Aunque me duela muchísimo. Pero te prometo que jamás te voy a olvidar, Justin. 
Te amo.
•____________.

Y noto como la tinta del bolígrafo se corre hacia al lado y el papel se vuelve húmedo. Se está mojando. Subo la mano a mis ojos, si, exactamente. Se están mojando por mis lágrimas. Me levanto rápido de la cama, a toda hostia. Cojo las llaves de la moto, y salgo corriendo de mi casa sin decir nada. Me monto en la moto, y arranco para ir a toda velocidad. Veo un poco nubloso por culpa de las malditas lágrimas que salen de mis ojos. Atravieso por medio de los coches, mientras tocan sus claxon como queja. Pero me da igual, necesito detenerla, ¿cómo voy a vivir sin ella a mi lado? Me salto un semáforo, un coche frena de sopetón. Trago saliva, y sigo mi camino a toda velocidad, sin importarme otra cosa que no sea encontrar a ______ antes de que coja ese maldito avión. Llego al aeropuerto, me bajo de la moto, y esta cae hacía la calzada. Corro hacia dentro del aeropuerto, y se me para el corazón. Las lágrimas caen con más frecuencia, y yo ya lo veo todo perdido al escuchar esa frase ' El avión destino Georgia acaba de despegar'. 
Te has ido, te has marchado de mi lado ¿qué voy a hacer sin ti, princesa?¿qué será de mi sin tus caricias y tus sonrisas?¿por qué?¡Te necesito! Aquí conmigo, como tantas veces prometimos, y ya...¿dónde quedaron esas promesas, pequeña?¿cómo las vamos a cumplir si no estamos juntos? La gente me mira con cara extraña, pero me da igual. Ya no me perjudica nada. ______, si esto es una pesadilla despiértame con tus caricias, por favor. Te extraño, ya te extraño princesa. Vuelve conmigo, y haz funciona la mecánica de este amor que se acaba de parar. 

||__________||

El avión despega y con el despegan las lágrimas de mis ojos. Miro por la ventana. Ya me estoy alejando. Noto un dolor en el pecho, y sollozo, ¿por qué?¿por qué me he tenido que ir?¿por qué ahora no estoy junto a él en su cama abrazados mientras reímos? Cojo los cascos y los conecto a mi móvil, empieza a sonar una de nuestras canciones preferidas. Puto aleatorio de canciones. Dejo la canción, y el corazón se me encoje como si una mano lo estuviera estrujando poco a poco. Las lágrimas vuelven a salir, y mis ganas de decirle al piloto que pare este avión, empiezan a aumentar. Me voy, me estoy alejando de él. De su sonrisa. De su voz. De sus
caricias. De sus abrazos. De su olor. De sus manías. Y juro que me estoy muriendo por dentro. Que todo esto se hace cada vez más complicado. Que no puedo estar sin él. Paso mi lengua por mis labios recogiendo el sabor de las lágrimas. Te extraño, bebé. Ya te extraño. 

|| Un par de horas más tardes ||

Bajo del avión junto a mi hermana y mi madre. Mi madre no sabe como actuar, parece asustada. Me duele. Me duele mucho. No sabe que hacer, y parece que todo lo que ve nunca antes lo vio. Yo la miro preocupada. Ojala la estancia en ese centro valga la pena, y se recupere. Mi hermana me mira, y aunque este mal por dejar todo lo que dejé en Canadá, una parte de mi, se siente bien. Encontré a mi hermana y podré pasar con ella más momentos. Sonrío interiormente, pero nuevamente ese vacío hace que esa sonrisa se borre. El vacío de no tenerlo a mi lado. Cojo mi teléfono y lo enciendo. Empieza a sonar constantemente. Miro la pantalla. 7 mensajes. 8 llamadas perdidas. Miro de quienes son, y nuevamente noto como las lágrimas batallan por salir de mis ojos. Justin. No soy capaz de leer ninguno, no tengo la suficiente valentía. Mi móvil empieza a sonar, y es él. Me está llamando. ¿Qué hago?¿Lo cojo? Mi cabeza dice que no mientras mi corazón dice que si, y el tiempo que dura esa pelea entre corazón y cabeza es el tiempo suficiente para que mi móvil deje de sonar. Ha colgado. La pantalla de mi móvil empieza a llenarse de gotas de agua, miro el cielo. No esta lloviendo. Y cuando siento el picor de mis ojos, la rabia en mi corazón, sé que esas gotas provienen de mis ojos. Apago el móvil, y lo guardo en mi bolsillo. Elevo mi cabeza y mi hermana junto a mi madre me esperan en una pequeña máquina por la cual pasan las maletas. Y con un ligero suspiro transformado en susurro me arrepiento nuevamente de haber dejado a kilómetros a la única persona que me hacia sonreír cuando lo veía todo oscuro.
Ando a paso ligero y me sitúo junto a mi madre y mi hermana. Cogemos las maletas y salimos hacia fuera del aeropuerto donde nos espera un taxi para llevarnos al centro donde mi madre debe de ingresar. Ayudamos al hombre a meter nuestras maletas dentro del maletero y luego entrar dentro del coche. Delante va mi hermana junto al taxista. Y detrás yo junto a mi madre, que mira confusa por la ventana. Elevo mi mano y cojo la suya. Ella se asusta y luego se tranquiliza al saber que soy yo. Y nuevamente me trago mis ganas de poderle decir ‘mamá’.

|| NARRADOR ||

Los dos buscan por sus cabezas cada recuerdo, cada momento del pasado. Cada pelea, cada sonrisa, cada caricia. Ninguno de los dos tienen ni idea de cuánto ellos se necesitan en estos precisos momentos. La vida les acaba de poner un muro gigante. Un muro llamado distancia. Ese muro es derrotado por muchos, pero también es el culpable de las derrotas de otros. Ellos se declaraban una pareja fuerte hasta este momento. Hasta este momento en el que ninguno de los dos saben que hacer. Solo saben que se necesitan, y tan solo han pasado horas desde que no están juntos. Quizás ____ se arrepienta de no habérselo dicho a la cara a Justin, o quizás no. Ahora empieza una etapa nueva en las vidas de nuestros protagonistas, una etapa en la cual ninguno de los dos están juntos. Una etapa uno separado del otro. Una nueva vida. Una nueva historia. Porque todo esto fue una bonita historia que llegó a su fin, o quizás sea tan solo un capítulo con un punto y aparte de su libro. 

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