domingo, 9 de febrero de 2014

Fear. Capítulo treinta y uno.

-          ¿Te sigue doliendo la muñeca?

Jane se encuentra sentada en la cama de su chico mientras éste le venda la muñeca intentando que el dolor se aleje. Le ha preguntado varias veces qué es lo que ha pasado, pero ella ha hecho todo lo posible por cambiar de tema.

-          No, ya no me duele –responde ella con una tímida sonrisa- gracias, cariño.

Justin sonríe y se sienta al lado de Jane para echarse hacia atrás en la cama, cosa que su novia no tarda en hacer también. Se abrazan mientras que el silencio inunda la habitación, pocas veces ha pasado eso. Pocas veces han estado los dos en una cama en silencio y abrazos. La mayoría de las veces han estado bromeando o haciendo el amor. Pero esta vez no. Esta vez el silencio es el que reina entre ellos. Nada incomodo, al revés, ambos necesitan eso para pensar con claridad.

Por un lado, Jane piensa en lo que ha pasado hace más de quince minutos en el cementerio. Christian. Ha sido bastante extraño, y aunque no quiera darle más vuelta a las palabras que le dijo, no puede evitarlo. No entiende porque le ha tratado así, y mucho menos porque le tuvo que seguir hacia el cementerio. Está intentando no contarle nada a Justin, y no porque no confíe en su chico, sino porque sabe perfectamente que si se lo cuenta Justin no se quedará quieto. Aunque por una parte quiere contárselo, él le ha contado muchas cosas, y ella no quiere mentirle, ¿debería decirle lo que ha pasado?

Justin, por otra parte, mira al techo serio mientras que su cabeza no deja de pensar en qué le ha pasado a su chica. Y su pulso se agita al pensar que alguien le ha hecho daño por su culpa. Necesita saber quién le ha tocado para así poder hacerle saber a esa persona que tocar a su novia ha sido lo peor que ha hecho en su vida. Pero también piensa en otra cosa, totalmente diferente, un pequeño plan. Retirado de toda esta mierda. Quiere preguntarle a Jane algo, pero está confuso no sabe si hacerlo o no, no sabe si será buena idea o quizás se esté adelantando. Pero tiene muchas ganas de hacerlo, y quiere hacerlo con ella a su lado.

-          ¿Estás bien? –pregunta Justin cuando nota como su chica se mueve entre sus brazos y se acurruca en su pecho. Jane asiente.

-          Me gusta estar entre tus brazos…-susurra ella tímidamente.

-          No más que a mi tenerte entre ellos.

Jane eleva su cabeza y besa castamente los labios de Justin. Se quedan mirándose unos cuantos segundos.

-          Cuéntame…-susurra Justin- ¿qué ha pasado?

-          Justin…

-          Confía en mí, cariño.

-          Confío en ti, solo prométeme algo…

-          Lo que quieras.

-          Que no te pondrás como loco cuando te diga lo que ha pasado.

-          Lo intentaré.

-          No, Justin –protesta la chica- prométemelo.

-          ¿No te vale con decir que lo voy a intentar? –Jane niega- está bien.

-          ¿Está bien, qué?

-          Te lo prometo –susurra Justin.

Jane asiente y vuelve a acomodarse entre los brazos de su novio.

-          Nunca había ido al cementerio, nunca había sido capaz de hacerlo. Pero hoy quería ir, quería hablar con mi madre. Cuando llegué y encontré su nombre…el mundo se me echó encima ¿sabes? –Justin asiente- es uno de esos momentos en los que no querrías existir para vivirlos. Cuando crecí y entendí la razón por la que yo no tenía una madre, siempre me hice la misma pregunta…¿por qué decidió morir y darme a mi su vida? Nunca me perdonaré eso.

-          Pero tú no has ten…

-          Sh…-Jane lo silencia- cuando estaba allí, apareció alguien –la mandíbula de Justin se tensa.

-          ¿Quién?

-          Christian.

-          ¡¿Qué?! ¿Ese hijo de put…

-          Me había seguido y yo intenté irme pero él me cogió del brazo. Yo iba dando pasos hacia atrás hasta que tropecé con un escalón y apoyé mal la muñeca…

-          ¿Y qué más?

-          ¿Qué? –pregunta Jane.

-          Hay algo que no me estás contando…-Jane mira hacia otro lado- nena, dime que hizo ese cabrón.

-          Dijo que cómo mi madre pudo dar su vida por una puta como yo…-susurra Jane mientras se esconde en el cuello de Justin y suelta algún que otro sollozo.

-          ¿Qué?

-          No me hagas repetirlo…

-          Lo voy a matar, te lo juro. Voy a acabar con él, ¿lo entiendes? –hace que Jane le mire- eres la persona más hermosa del mundo, no eres nada como una puta. Tú madre te dio la vida porque tú eras la suya, nena. Mírame, mi amor…-susurra Justin juntando su frente con la de ella- eres lo mejor que me ha pasado…-musita nervioso por la sinceridad que le está mostrando a su novia- te quiero muchísimo, cariño.

Jane asiente mientras solloza y abraza a su chico con todas sus fuerzas.

-          No dejes de abrazarme, por favor…-susurra Jane.

-          No entra en mis planes dejar de hacerlo.

-          Buenas noches, mi amor –musita Jane con voz cansada.

-          Buenas noches, hermosa.


Justin frunce el ceño mientras se acurruca entre las sabanas y estira sus brazos buscando a su novia, pero no la encuentra. Abre los ojos y mira por toda la habitación, pero nada. No la encuentra. Se levanta de la cama y camina hacia el baño mientras la llama. Pero nada. No tiene ninguna respuesta. Se está poniendo nervioso, totalmente nervioso. Mira hacia los lados hasta que se fija en la ventana. Hay un papel pegado en ella, y suelta un suspiro de alivio al saber que seguramente será una nota de su chica. Y no se equivoca.

‘ Buenos días, mi amor. He tenido que ir a casa, no olvides que tengo clase y tú también. Pero conociéndote…no hubieras querido ir, así que preferí no molestarte. Nos vemos más tarde, te quiero mucho. ‘

Sonríe y deja el papel encima de la cama. Mira el reloj que está encima de la mesita de noche. Las siete y media. Con suerte puede llegar a casa de Jane antes de que ella se vaya. Entra en el baño y se ducha rápidamente para luego vestirse con un pantalón de chándal y una sudadera. Baja las escaleras y coge las llaves del coche de su amigo al cual saluda con un movimiento de cabeza. Sale de la casa y corre para montarse en el coche que tiene aparcado a unos pocos metros. Se sube y prende el motor para salir disparado hacia la casa de su novia. Mira el reloj cuando aparca en frente de su casa. Las ocho menos diez. Sonríe para si mismo y baja del coche para apoyarse en el. Coge su móvil y teclea rápidamente un mensaje para su chica.

‘Date prisa o llegarás tarde, preciosa. ‘

No obtiene respuesta de su novia, pero unos minutos más tarde la ve salir de su casa a paso ligero para luego pararse al verle y mirarle con cara de sorpresa. Justin deja de apoyarse en el coche para acercarse hacia Jane la cual sonríe ampliamente y no tarda en colgarse en el cuello de su novio para darle un beso.

-          No esperaba que estuvieras aquí.

-          Me gusta sorprenderte.

-          Siempre lo haces.

Un par de besos más y ambos se suben en el coche para tomar dirección hacia la universidad mientras hablan de la música que suena en la radio. A Jane le gusta, pero Justin prefiere no escucharla. No es por ningún motivo, simplemente no le gusta escuchar música, cosa que su novia no entiende. A todo el mundo le gusta, pero al parecer no a todo el mundo. A Justin no. El coche se para frente a la universidad.

-          ¿Tú no vienes? – Justin niega con la cabeza haciendo sonreír a Jane- deberías de venir o repetirás curso.

-          No es un problema para mí, nena –sonríe- anda, ve o la que suspenderá serás tú.

Jane sonríe y se acerca a su novio para dejar un casto beso en sus labios, cosa que hace que Justin gruña.

-          ¿Qué ha sido eso?

-          ¿Un beso?

-          ¿A eso le llamas tú un beso? Vamos, puedes hacerlo mejor. No te veré durante horas y no podré conformarme con eso.

Ambos sonríen divertidos y se acercan para esta vez darse un beso lleno de pasión. Totalmente distinto al que se han dado segundos atrás. Se separan cuando necesitan un poco de respiración y aunque Justin quiere volver a acercarse y comerle los labios a su novia, decide no hacerlo. Sabe que ella se tiene que ir.

-          Después te vendré a buscar, quiero preguntarte algo.

-          ¿El qué? –pregunta ella ansiosa.

-          Te tendrás que esperar hasta más tarde, cariño.

-          Oh no…-protesta ella como si tuviera cinco años- odio que hagas eso.

-          ¿El qué hice?

-          Decir que me tienes que decir algo pero que lo tienes que hacer más tarde.
Justin suelta una carcajada.

-          Es que ahora no me da tiempo, preciosa. Ve a clase, a las dos estaré aquí esperándote.

-          Saldré antes.

-          ¿No tienes clases más tarde? –frunce el ceño.

-          Si pero no voy a prestar atención porque estaré pensando en eso que me tienes que preguntar –dice ella haciendo una mueca graciosa. Justin sonríe.

-          Llámame cuando salgas, y vendré a por ti ¿está bien? –Jane asiente.

-          Adiós, cariño –se despide ella mientras sale del coche.

Justin abre la ventana y hace que ella se acerque.

-          Te quiero –musita.

-          Yo mucho más.

Y después de aquella pequeña declaración que se ha vuelto una rutina para los dos, Justin arranca para ir hacia su casa donde tiene que pensar un par de cosas. Hoy será un día bastante ajetreado.

Un par de hora más tarde…

-          ¿Hiciste lo que te pedí? –Darren asiente.

-          Siempre va al club ese que está cerca de las naves –Justin asiente.

-          Gracias, bro.

-          No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.

-          No haré nada que no tenga que hacer.

Darren va a decir algo pero se calla al saber que lo que pueda decirle a su amigo no va a servir de nada. Absolutamente de nada, lo que él tenga pensado hacer, lo hará. Sin ser conciente de las consecuencias que esto pueda tener. Es uno de los defectos de Justin: hace las cosas sin pensarlas un par de veces.

El móvil de Justin empieza a sonar, y éste sonríe cuando lee el nombre de su chica en la pantalla. Descuelga.

-          ¿Ya no has podido aguantar más?

-          No –ríe Jane al otro lado- no puedo aguantar más, ven aquí ahora mismo.

-          Tus deseos son órdenes para mí, cariño.

Ambos ríen y tras despedirse y mandarse algún que otro beso, cuelgan.

-          Nunca te había visto así con una chica.

-          No te equivocabas.

-          ¿En qué?

-          En que era especial.

Y dicho esto, Justin sale de la casa para volver a recorrer el mismo camino que recorrió hace unas horas.

A lo lejos ve a su chica, con unos jeans vaqueros y una camiseta de cuadros. Aparca el coche y sale de éste para dirigirse hacia Jane que le mira con una sonrisa.

-          Hola, impaciente –saluda Justin.

-          Hola, misterioso –responde ella mientras se acerca a su novio.

-          ¿Me extrañabas?

-          En realidad no he tenido tiempo de extrañarte pensando en lo que me tenías que preguntar.

-          Eso me ha dolido.

-          No tanto como a mi irme de clases –comenta sarcástica haciendo reír a Justin.

-          Pues yo si te he extrañado a ti –musita él mientras se acerca a Jane para besarla con todas esas ganas que tenía guardada.

-          Ya veo…-susurra Jane cuando se separan y sonríe- Justin…

-          Dime.

-          ¿Puedes decir ya lo que tengas que decir?

Justin ríe fuertemente.

-          ¿Qué voy a hacer contigo?

-          ¿Qué tal preguntarme eso que me quieres preguntar?

Justin sonríe y asiente.

-          Vamos al coche.

Jane asiente y acompañada de su novio, van al coche. Cuando entran, Jane se acurruca en el cómodo asiente de co-piloto y mira impaciente a Justin.

-          Verás hace tiempo que no voy a ver a mi madre y a mi hermana, ya sabes, desde que viene si quiera he hablado con ellas por móvil. Y quiero ir a verlas…-Jane asiente con una sonrisa- y quiero que vengas conmigo.

-          ¿Qué?

-          Mañana.

-          ¿Qué?

-          A las doce.

-          ¿Me lo estás diciendo en serio, Justin?

-          Completamente en serio, quiero que vengas conmigo y que ellas te conozcan.

-          Justin…-susurra Jane.

-          ¿Qué? –pregunta esta vez él.

-          ¡Claro que quiero ir contigo! –exclama Jane tirándose encima de Justin haciendo que éste choque contra la ventana dándose un porrazo en la espalda- ay, lo siento, lo siento.

-          No pasa nada –ríe Justin- ¿entonces quieres venir conmigo?

-          Si, pero…

-          ¿Pero?

-          Tengo clases, y si mi padre se entera se volverá loco.

-          Pero tu padre no está en casa durante la semana ¿no? –Jane asiente.

-          No está nunca –comenta la chica.

-          Entonces no habrá problema.

Jane sonríe ampliamente y besa los labios de Justin.

-          Gracias.

-          ¿Por qué?

-          Por dejarme formar parte de tu vida.

-          Nena…-susurra Justin- hace mucho que formas parte de mi vida.


Y se vuelven a besar, están enamorados uno del otro completamente. Tanto que lo único que les podría separar es que alguno de los dos faltara. 

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¡Hola, lector@as!

Estoy de vuelta con un nuevo capítulo de fear. Espero que os guste muchísimo y que me deis vuestras opiniones que son lo más importante. 

Tengo muchas ganas de que leáis los próximos capítulos porque vienen cargaditos de sorpresas buenas y malas. 

Muchas gracias por dedicarme un poco de vuestro tiempo, sois increíbles.

¡HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO!

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