-
¿Te
sigue doliendo la muñeca?
Jane se
encuentra sentada en la cama de su chico mientras éste le venda la muñeca
intentando que el dolor se aleje. Le ha preguntado varias veces qué es lo que
ha pasado, pero ella ha hecho todo lo posible por cambiar de tema.
-
No,
ya no me duele –responde ella con una tímida sonrisa- gracias, cariño.
Justin sonríe y
se sienta al lado de Jane para echarse hacia atrás en la cama, cosa que su
novia no tarda en hacer también. Se abrazan mientras que el silencio inunda la
habitación, pocas veces ha pasado eso. Pocas veces han estado los dos en una
cama en silencio y abrazos. La mayoría de las veces han estado bromeando o
haciendo el amor. Pero esta vez no. Esta vez el silencio es el que reina entre
ellos. Nada incomodo, al revés, ambos necesitan eso para pensar con claridad.
Por un lado,
Jane piensa en lo que ha pasado hace más de quince minutos en el cementerio.
Christian. Ha sido bastante extraño, y aunque no quiera darle más vuelta a las
palabras que le dijo, no puede evitarlo. No entiende porque le ha tratado así,
y mucho menos porque le tuvo que seguir hacia el cementerio. Está intentando no
contarle nada a Justin, y no porque no confíe en su chico, sino porque sabe
perfectamente que si se lo cuenta Justin no se quedará quieto. Aunque por una
parte quiere contárselo, él le ha contado muchas cosas, y ella no quiere
mentirle, ¿debería decirle lo que ha pasado?
Justin, por
otra parte, mira al techo serio mientras que su cabeza no deja de pensar en qué
le ha pasado a su chica. Y su pulso se agita al pensar que alguien le ha hecho
daño por su culpa. Necesita saber quién le ha tocado para así poder hacerle
saber a esa persona que tocar a su novia ha sido lo peor que ha hecho en su
vida. Pero también piensa en otra cosa, totalmente diferente, un pequeño plan.
Retirado de toda esta mierda. Quiere preguntarle a Jane algo, pero está confuso
no sabe si hacerlo o no, no sabe si será buena idea o quizás se esté
adelantando. Pero tiene muchas ganas de hacerlo, y quiere hacerlo con ella a su
lado.
-
¿Estás
bien? –pregunta Justin cuando nota como su chica se mueve entre sus brazos y se
acurruca en su pecho. Jane asiente.
-
Me
gusta estar entre tus brazos…-susurra ella tímidamente.
-
No
más que a mi tenerte entre ellos.
Jane eleva su
cabeza y besa castamente los labios de Justin. Se quedan mirándose unos cuantos
segundos.
-
Cuéntame…-susurra
Justin- ¿qué ha pasado?
-
Justin…
-
Confía
en mí, cariño.
-
Confío
en ti, solo prométeme algo…
-
Lo
que quieras.
-
Que
no te pondrás como loco cuando te diga lo que ha pasado.
-
Lo
intentaré.
-
No,
Justin –protesta la chica- prométemelo.
-
¿No
te vale con decir que lo voy a intentar? –Jane niega- está bien.
-
¿Está
bien, qué?
-
Te
lo prometo –susurra Justin.
Jane asiente y
vuelve a acomodarse entre los brazos de su novio.
-
Nunca
había ido al cementerio, nunca había sido capaz de hacerlo. Pero hoy quería ir,
quería hablar con mi madre. Cuando llegué y encontré su nombre…el mundo se me
echó encima ¿sabes? –Justin asiente- es uno de esos momentos en los que no
querrías existir para vivirlos. Cuando crecí y entendí la razón por la que yo
no tenía una madre, siempre me hice la misma pregunta…¿por qué decidió morir y
darme a mi su vida? Nunca me perdonaré eso.
-
Pero
tú no has ten…
-
Sh…-Jane
lo silencia- cuando estaba allí, apareció alguien –la mandíbula de Justin se
tensa.
-
¿Quién?
-
Christian.
-
¡¿Qué?!
¿Ese hijo de put…
-
Me
había seguido y yo intenté irme pero él me cogió del brazo. Yo iba dando pasos
hacia atrás hasta que tropecé con un escalón y apoyé mal la muñeca…
-
¿Y
qué más?
-
¿Qué?
–pregunta Jane.
-
Hay
algo que no me estás contando…-Jane mira hacia otro lado- nena, dime que hizo
ese cabrón.
-
Dijo
que cómo mi madre pudo dar su vida por una puta como yo…-susurra Jane mientras
se esconde en el cuello de Justin y suelta algún que otro sollozo.
-
¿Qué?
-
No
me hagas repetirlo…
-
Lo
voy a matar, te lo juro. Voy a acabar con él, ¿lo entiendes? –hace que Jane le
mire- eres la persona más hermosa del mundo, no eres nada como una puta. Tú
madre te dio la vida porque tú eras la suya, nena. Mírame, mi amor…-susurra
Justin juntando su frente con la de ella- eres lo mejor que me ha
pasado…-musita nervioso por la sinceridad que le está mostrando a su novia- te
quiero muchísimo, cariño.
Jane asiente
mientras solloza y abraza a su chico con todas sus fuerzas.
-
No
dejes de abrazarme, por favor…-susurra Jane.
-
No
entra en mis planes dejar de hacerlo.
-
Buenas
noches, mi amor –musita Jane con voz cansada.
-
Buenas
noches, hermosa.
Justin frunce
el ceño mientras se acurruca entre las sabanas y estira sus brazos buscando a
su novia, pero no la encuentra. Abre los ojos y mira por toda la habitación,
pero nada. No la encuentra. Se levanta de la cama y camina hacia el baño
mientras la llama. Pero nada. No tiene ninguna respuesta. Se está poniendo
nervioso, totalmente nervioso. Mira hacia los lados hasta que se fija en la
ventana. Hay un papel pegado en ella, y suelta un suspiro de alivio al saber
que seguramente será una nota de su chica. Y no se equivoca.
‘ Buenos días,
mi amor. He tenido que ir a casa, no olvides que tengo clase y tú también. Pero
conociéndote…no hubieras querido ir, así que preferí no molestarte. Nos vemos más
tarde, te quiero mucho. ‘
Sonríe y deja
el papel encima de la cama. Mira el reloj que está encima de la mesita de
noche. Las siete y media. Con suerte puede llegar a casa de Jane antes de que
ella se vaya. Entra en el baño y se ducha rápidamente para luego vestirse con
un pantalón de chándal y una sudadera. Baja las escaleras y coge las llaves del
coche de su amigo al cual saluda con un movimiento de cabeza. Sale de la casa y
corre para montarse en el coche que tiene aparcado a unos pocos metros. Se sube
y prende el motor para salir disparado hacia la casa de su novia. Mira el reloj
cuando aparca en frente de su casa. Las ocho menos diez. Sonríe para si mismo y
baja del coche para apoyarse en el. Coge su móvil y teclea rápidamente un
mensaje para su chica.
‘Date
prisa o llegarás tarde, preciosa. ‘
No obtiene
respuesta de su novia, pero unos minutos más tarde la ve salir de su casa a
paso ligero para luego pararse al verle y mirarle con cara de sorpresa. Justin
deja de apoyarse en el coche para acercarse hacia Jane la cual sonríe
ampliamente y no tarda en colgarse en el cuello de su novio para darle un beso.
-
No
esperaba que estuvieras aquí.
-
Me
gusta sorprenderte.
-
Siempre
lo haces.
Un par de besos
más y ambos se suben en el coche para tomar dirección hacia la universidad
mientras hablan de la música que suena en la radio. A Jane le gusta, pero
Justin prefiere no escucharla. No es por ningún motivo, simplemente no le gusta
escuchar música, cosa que su novia no entiende. A todo el mundo le gusta, pero
al parecer no a todo el mundo. A Justin no. El coche se para frente a la
universidad.
-
¿Tú
no vienes? – Justin niega con la cabeza haciendo sonreír a Jane- deberías de
venir o repetirás curso.
-
No
es un problema para mí, nena –sonríe- anda, ve o la que suspenderá serás tú.
Jane sonríe y
se acerca a su novio para dejar un casto beso en sus labios, cosa que hace que
Justin gruña.
-
¿Qué
ha sido eso?
-
¿Un
beso?
-
¿A
eso le llamas tú un beso? Vamos, puedes hacerlo mejor. No te veré durante horas
y no podré conformarme con eso.
Ambos sonríen
divertidos y se acercan para esta vez darse un beso lleno de pasión. Totalmente
distinto al que se han dado segundos atrás. Se separan cuando necesitan un poco
de respiración y aunque Justin quiere volver a acercarse y comerle los labios a
su novia, decide no hacerlo. Sabe que ella se tiene que ir.
-
Después
te vendré a buscar, quiero preguntarte algo.
-
¿El
qué? –pregunta ella ansiosa.
-
Te
tendrás que esperar hasta más tarde, cariño.
-
Oh
no…-protesta ella como si tuviera cinco años- odio que hagas eso.
-
¿El
qué hice?
-
Decir
que me tienes que decir algo pero que lo tienes que hacer más tarde.
Justin suelta
una carcajada.
-
Es
que ahora no me da tiempo, preciosa. Ve a clase, a las dos estaré aquí esperándote.
-
Saldré
antes.
-
¿No
tienes clases más tarde? –frunce el ceño.
-
Si
pero no voy a prestar atención porque estaré pensando en eso que me tienes que preguntar
–dice ella haciendo una mueca graciosa. Justin sonríe.
-
Llámame
cuando salgas, y vendré a por ti ¿está bien? –Jane asiente.
-
Adiós,
cariño –se despide ella mientras sale del coche.
Justin abre la
ventana y hace que ella se acerque.
-
Te
quiero –musita.
-
Yo
mucho más.
Y después de
aquella pequeña declaración que se ha vuelto una rutina para los dos, Justin
arranca para ir hacia su casa donde tiene que pensar un par de cosas. Hoy será
un día bastante ajetreado.
Un par de hora más tarde…
-
¿Hiciste
lo que te pedí? –Darren asiente.
-
Siempre
va al club ese que está cerca de las naves –Justin asiente.
-
Gracias,
bro.
-
No
hagas nada de lo que te puedas arrepentir.
-
No
haré nada que no tenga que hacer.
Darren va a
decir algo pero se calla al saber que lo que pueda decirle a su amigo no va a
servir de nada. Absolutamente de nada, lo que él tenga pensado hacer, lo hará. Sin
ser conciente de las consecuencias que esto pueda tener. Es uno de los defectos
de Justin: hace las cosas sin pensarlas un par de veces.
El móvil de
Justin empieza a sonar, y éste sonríe cuando lee el nombre de su chica en la
pantalla. Descuelga.
-
¿Ya
no has podido aguantar más?
-
No –ríe
Jane al otro lado- no puedo aguantar más, ven aquí ahora mismo.
-
Tus
deseos son órdenes para mí, cariño.
Ambos ríen y
tras despedirse y mandarse algún que otro beso, cuelgan.
-
Nunca
te había visto así con una chica.
-
No
te equivocabas.
-
¿En
qué?
-
En
que era especial.
Y dicho esto,
Justin sale de la casa para volver a recorrer el mismo camino que recorrió hace
unas horas.
A lo lejos ve a
su chica, con unos jeans vaqueros y una camiseta de cuadros. Aparca el coche y
sale de éste para dirigirse hacia Jane que le mira con una sonrisa.
-
Hola,
impaciente –saluda Justin.
-
Hola,
misterioso –responde ella mientras se acerca a su novio.
-
¿Me
extrañabas?
-
En
realidad no he tenido tiempo de extrañarte pensando en lo que me tenías que
preguntar.
-
Eso
me ha dolido.
-
No
tanto como a mi irme de clases –comenta sarcástica haciendo reír a Justin.
-
Pues
yo si te he extrañado a ti –musita él mientras se acerca a Jane para besarla
con todas esas ganas que tenía guardada.
-
Ya
veo…-susurra Jane cuando se separan y sonríe- Justin…
-
Dime.
-
¿Puedes
decir ya lo que tengas que decir?
Justin ríe
fuertemente.
-
¿Qué
voy a hacer contigo?
-
¿Qué
tal preguntarme eso que me quieres preguntar?
Justin sonríe y
asiente.
-
Vamos
al coche.
Jane asiente y
acompañada de su novio, van al coche. Cuando entran, Jane se acurruca en el cómodo
asiente de co-piloto y mira impaciente a Justin.
-
Verás
hace tiempo que no voy a ver a mi madre y a mi hermana, ya sabes, desde que
viene si quiera he hablado con ellas por móvil. Y quiero ir a verlas…-Jane
asiente con una sonrisa- y quiero que vengas conmigo.
-
¿Qué?
-
Mañana.
-
¿Qué?
-
A
las doce.
-
¿Me
lo estás diciendo en serio, Justin?
-
Completamente
en serio, quiero que vengas conmigo y que ellas te conozcan.
-
Justin…-susurra
Jane.
-
¿Qué?
–pregunta esta vez él.
-
¡Claro
que quiero ir contigo! –exclama Jane tirándose encima de Justin haciendo que éste
choque contra la ventana dándose un porrazo en la espalda- ay, lo siento, lo
siento.
-
No
pasa nada –ríe Justin- ¿entonces quieres venir conmigo?
-
Si,
pero…
-
¿Pero?
-
Tengo
clases, y si mi padre se entera se volverá loco.
-
Pero
tu padre no está en casa durante la semana ¿no? –Jane asiente.
-
No
está nunca –comenta la chica.
-
Entonces
no habrá problema.
Jane sonríe
ampliamente y besa los labios de Justin.
-
Gracias.
-
¿Por
qué?
-
Por
dejarme formar parte de tu vida.
-
Nena…-susurra
Justin- hace mucho que formas parte de mi vida.
Y se vuelven a
besar, están enamorados uno del otro completamente. Tanto que lo único que les
podría separar es que alguno de los dos faltara.
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Estoy de vuelta con un nuevo capítulo de fear. Espero que os guste muchísimo y que me deis vuestras opiniones que son lo más importante.
Tengo muchas ganas de que leáis los próximos capítulos porque vienen cargaditos de sorpresas buenas y malas.
Muchas gracias por dedicarme un poco de vuestro tiempo, sois increíbles.
¡HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO!
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