viernes, 19 de octubre de 2012

La mecánica del amor {38}


Una melodía hace que me despierte. Me estiro, y miro la hora. Las 17:30h. Me quedé dormida estudiando. Estiro mi brazo y cojo mi móvil del que procede esa melodía tan constante. Un mensaje 'número desconocido'. Lo abro.

' Hola ____, soy tu hermana. Mañana llego a Canadá sobre las 12:00h.  Para que me conozcas llevaré un cartel con mi nombre 'Violeta Lew'. Espero verte, tengo muchas ganas de recobrar el tiempo perdido contigo. Te quiero, pequeña.'

Noto como me escuecen los ojos y como una niña pequeña empiezo a gritar de la emoción. Busco su nombre en la lista de contactos, le doy a llamar, y tras tres leves señales me coge el móvil.

- Princes...-le interrumpo.

- ¡Justin ven a mi casa! -exclamo feliz.

- ¿Qué pasa? -suelta una pequeña risa.

- ¡¡VEEEEEEN!! -exclamo con una sonrisa y cuelgo. 

Tiro el móvil al sofá, y empiezo a pegar saltos. Paro, respiro e inspiro. Me pego un porrazo en el hombro.

- Asch..-me quejo, y sonrío al saber que no es un sueño. Que realmente voy a conocer a mi hermana.

La puerta suena, corro hacia ella, la abro y me tiro a sus brazos. Él me coge en peso y enredo mis piernas en su cintura. Me acurruco en su pecho y empiezo a llorar. El entra en mi casa conmigo en brazos y cierra la puerta con su pierna. Elevo la cabeza.

- ¿Qué pasa, princesa?

- Mi hermana -digo con la voz ronca junto a una sonrisa- viene mañana.

- ¡Eso es genial! -exclama- ¿y por qué lloras, tonta? -sonríe dulcemente.

Elevo mis hombros mientras suelto una pequeña risa nerviosa, y me tiro a sus labios. 

|| JUSTIN ||

Gimo al sentir su brusquedad. Coloco mis manos en su trasero para aguantarla mejor. Ando torpemente con ella en brazos mientras nos besamos. La apoyo en una pared haciendo que su feminidad roce mi miembro. Gime. Separa sus labios y sonríe. Vacila al tocar mi cuerpo, y yo juro me muero del placer. Cada vez siento más pulsaciones hacía mi masculinidad. La dejo de píe en el suelo sin despegar nuestros labios, acaricio su espalda con mis manos y me pego más a su cuerpo. Suelta un pequeño gemido al notar erección que se esconde en mis vaqueros. Investido su boca cada vez con más deseo. Ella mete sus manos por dentro de mi chaleco acariciando mis abdominales, suelto un suspiro de placer entre nuestros labios. Su respiración en mi cuello me pone como loco. La cojo nuevamente entre mis brazos.

- Pégate más a mi, por favor -suplico entre gemidos por culpa de sus besos y caricias.

Ella enreda sus piernas en mi cintura y se acerca a mi sin dejar apenas huecos entre nuestros cuerpos. Siento como muero de placer, y siento como la ropa nos sobra. Meto una mano por dentro de su camiseta y le acaricio un poco. Bajo mi mano hasta llegar al filo de sus pantalones, desabrocho el botón. Ella gime, y yo ya no soy dueño de mis actos. Meto un poco mi mano dentro de sus pantalones y le hago un pequeño masaje allí. Gruñe en mi oído. Saco mi mano de ahí, y ella se mueve rozando mi miembro con su feminidad. Gimo fuertemente. Ella se separa de mis labios, y me sonríe. Le sonrío, y me acerco a sus labios como un tigre se acerca a su presa. Succiono sus labios. Se baja de mi cintura. Me mira con deseo, pongo mis manos en su cintura y la atraigo a mi haciendo que choque con mi cuerpo. Meto mis manos por su camiseta y se la quito dejando al descubierto un hermoso brasier color negro. Le miro sus pechos y poco a poco le miro a los ojos. Ella me mira sonrojada. Como la quiero. Atrapo sus labios con los míos, mete sus pequeñas manos por dentro de mi chaleco y lo sube poco a poco hasta quitármelo. Se pega a mi. Le beso ferozmente, y una tiranta de su sujetador se cae hacia el lado dejándome unas vistas exquisitas. Ella coge su pelo y se lo echa hacia el lado, dejándome a  cargo de su cuello. Lamo su cuello para quedarme con su sabor. Gime, y eso me pone a mil por hora. 

- Justin...

Susurra y mi nombre en sus labios queda terriblemente bien. Su voz es sexy, y más si habla cuando está excitada. Beso su cuello con deseo. Ella se acerca a mi cuerpo aún más y empieza a bajar su mano por mis abdominales hasta llegar al filo de mis pantalones. Desabrocha el botón y abre la cremallera. Deja caer mis pantalones hacia bajo, y yo con pasos torpes me lo quito de mis piernas sin dejar de besarle esta vez los labios. Gemimos al sentir el contacto de nuestros sexos. Bajo mi boca hacia el valle de sus senos, y me vuelvo completamente loco. Ella se despega de mi.

- Vamos arriba -susurra con una voz malditamente sexy.

La cojo en brazos sin dejar de besadla, subo la escalera con ella en peso, y no aguanto más. La pego a la pared y hago que su cuerpo se pegue al mío. Le beso con más rapidez, ella gime. Ando un poco más hasta llegar a su cuarto. La tumbo en la cama, y yo me pongo encima. Me separo escasos centímetros, abro los ojos. Nuestras respiraciones son agitadas. Ella me mira, acaricio su mejilla. Sonríe, haciéndome saber que tengo la mejor suerte del mundo por tenerla conmigo. 

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